Revista Juvenil

Novedad: "Vapor", de Lea Tobery

Por Alice @rincondelym
-Título: Vapor
-Autor: Lea Tobery
-Editorial: Everest
-Número de páginas: 272
-ISBN: 978-84-441-4770-3
-Sinopsis: Helena tiene 19 años y, hace uno, sufrió un terrible accidente de avión. Solo ella sobrevivió. A partir de ese trágico suceso, su vida cambia por completo. Ella, una persona alegre, empezó a mostrar bruscos cambios de humor. Su presente es de color negro negro: casi siempre está abatida, irascible o triste. Y, a menudo, se siente vapor: como si transitara entre la realidad y la ficción. Desde el accidente, su existencia está estrechamente vinculada a un secreto. Ella y su secreto son inseparables. Algo inconfesable ocurrió en el avión siniestrado. ¿Qué sucedió?¿Por qué solo se salvó Helena?¿Cuál es su secreto?  Vapor empieza en el momento en que Helena hace acopio de sus fuerzas y se lo confiesa todo a Nathan, su novio. Pero no recibe la respuesta esperada: él sale corriendo y la deja plantada. Ella se derrumba y se siente, más que nunca, vapor. Está harta. Por mucho que lo intenta, no consigue encontrar ni una pequeña luz que la guíe entre las penumbras que tiñen su vida. Una vida que Helena desearía pintar de verde, el color de la esperanza.
Blog de Lea Tobery
Primeras líneas:
Desde el accidente, su presente y su futuro estaban estrechamente vinculados a un secreto. Ella y su secreto eran uno. Eran inseparables. Había pasado ya un largo año. Y Helena estaba harta. Por mucho que lo intentaba, no podía encontrar una luz que la guiase entre las penumbras que teñían su vida. En la puerta de aquel restaurante, no pudo reprimir las lágrimas. Nathan le dijo adiós y se marchó. Ella se había quedado clavada en la silla y tardó en reaccionar unos segundos.
—Espera —musitó mientras se levantaba como impulsada por un resorte.
Fue corriendo hasta la salida del local. Sus lágrimas eran de impotencia y de rabia contenida. Nathan se alejaba calle arriba sin volverse. Ella se quedó mirándolo, como si quisiese que tropezase para correr en su ayuda, para sentirlo cerca, para decirle que lo que más ansiaba en aquel momento era gritar que lo amaba. Finalmente, Nathan dobló la esquina y desapareció. Entonces Helena se secó las mejillas con el dorso de la mano.Como curiosidad, deciros que el blog está en el los agradecimientos de la novela, lo que me hace mucha ilusión ya que es la primera vez y espero que no la última que aparece en un libro.  Agradecimientos a Lea Tobery.

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