Nowhere Festival, el festival más desconocido y extraño

Burning Man puede que sea una simple fiesta de hippies o tal vez un salto cualitativo en el ocio y arte post-modernos. Quizá ambas cosas. Sea lo que sea, germinó hace ya 25 años en el lugar más propicio para las nuevas tendencias, California. La palabra festival se le queda corta a este acontecimiento anual que tiene lugar cada año en el desierto de Nevada, un lugar totalmente vacío y yermo pero que sirve de fértil lienzo. Las gentes que participan en este singular evento en su mayoría vienen de California pero también abunda quien se cruza el planeta para no perdérselo. En la actualidad, cada año se forma una comunidad temporal durante una semana. Es una verdadera ciudad de casi 50.000 personas.

Muchos europeos, habituales de Burning Man, decidieron hace unos años recrear su festival favorito en Europa. Y el lugar más parecido al desierto de Nevada en el viejo continente se encuentra en la comarca de Monegros, Zaragoza. No llegan a mil personas las gentes que acuden cada año desde muy lejos para no perderse Nowhere.

El año pasado yo fui el único aragonés que partició en Nowhere, a pesar de tener lugar en Aragón. Me enteré de casualidad de su existencia a través de una chica de CouchSurfing, que me convenció para ir. De hecho, la mayoría de los participantes son extranjeros y la lengua más hablada es el inglés. Se está intentando que más gente local participe; en parte este artículo está pensado para eso.

El lugar concreto se mantiene en secreto hasta pocos días antes, cuando se recibe un email con instrucciones muy concretas, que podéis ver parcialmente a continuación. La cuestión es poder estar tranquilos sin molestar a nadie. Aunque a veces nos molesten los tornados.

Parte de las instrucciones para llegar.

La eterna pregunta que inevitablemente se genera ¿de qué trata Nowhere? no es fácil de contestar. No hay programa oficial, no hay guías ni ningún lugar que explique qué encontrar. Eso sí, no te vas a aburrir. Son cinco días en que se va creando un sentimiento de comunidad muy fuerte.

Quizá lo más sencillo para entender el espíritu de Nowhere sea explicar los principios que lo sustentan:

Una participante brindó un beso para la cámara.Foto: Carlos Buj

Expresarse sin límites: Cada individuo tiene un regalo, su propia personalidad que él mismo o colaborando en un grupo puede desarrollar. La auto-expresión no tiene más límites que la libertad de los demás. Aquí no hay presión social. Si quieres ir desnudo durante cinco días, podrás hacerlo. Si quieres disfrazarte, también. De hecho, hay una carpa llena de disfraces abierta las 24 horas, donde cada uno puede entrar con libertad. Hay tiempo para la fiesta, para relajarse y hasta para los niños pequeños. Y también para muchos pequeños proyectos que los participantes han preparado de antemano.

Miliciano Foto: Carlos Buj

Miliciano Foto: Carlos Buj

Ser auto-suficiente: Cada uno se hace responsable de sí mismo y de las personas a tu alrededor, trayendo todo lo necesario para Nowhere ya que una vez ahí no se puede comprar nada. Por eso hay que traer ropa, comida, refugio, útiles de aseo y, lo más importante, agua, mucha agua. Los habitantes de esta pequeña aldea temporal y surrealista se suelen organizar en barrios, pequeñas comunidades que permiten centralizar la compra de agua, comida y demás. Hay un barrio italiano, otro francés y otros muchos. Puedes montar tu propio barrio o puedes pedir ingresar en uno que ya esté creado.

Al bajar el sol, se encienden otras luces.

Participar:  Nowhere no es para gente pasiva. En Nowhere no hay una categoría para organizadores, otra para artistas y otra para espectadores. Todos deben participar de una u otra manera, ya sea con una instalación artística, con un taller de manualidades o montando una estructura. Se necesitan siempre traductores, gente que tenga contactos locales y en general, cualquier persona dispuesta a colaborar.

Cartel presentado por Carlos al concurso de NW 2011

No comerciar: Nowhere es un evento sin ánimo de lucro, hecho con el trabajo de voluntarios, que trabajan desde meses antes de que tenga lugar. Nadie se lucra con el festival excepto el comercio local. Durante el festival no se puede vender, comprar ni intercambiar nada. Eso sí, se puede regalar y recibir cosas, lo que sucede continuamente. Lo único que se puede comprar es el hielo, que por su propia naturaleza requiere un repartidor cada día.

No dejar rastro: El emplazamiento es espectacular y para que siga siéndolo se quiere que una vez acabado el festival, todo quede inmaculado. Cada uno debe hacerse cargo de su propia basura. Además, el último día se organizan brigadas que buscan hasta la última colilla.

Si te picó la curiosidad aún estás a tiempo de participar este año. Las fechas son del 5 al 10 de julio. Te recomiendo que visites goingnowhere.org y te decidas.

Y dos videos de regalo.