Revista Diario

Nuestra responsabilidad como padres

Por Myriam Cabanillas
 La asumimos al 100%?
Cuando vas a inscribir a tu hijo al colegio te hacen rellenar un formulario lleno de preguntas:
como es?,
duerme siesta?
duerme en su cama?
 lleva pañal?
toma pecho?
que come?
como nació?
Todo esto al amparo de la preocupación por su parte de saber "que" tienen entre manos.

Sin embargo, nosotros, los padres no sabemos nada de los docentes que van a encargarse de la educación reglada de nuestros hijos y hay datos importantes a saber sobre ellos para los padres:
Es docente por vocación o por salida laboral?
Le gustan los niños?
Es rigid@ en cuanto sus ideas sobre educación y crianza?
A fin de cuentas nuestros hijos van a pasar un mínimo de 5 horas al día, 5 días a la semana durante todo un curso escolar con ellos y si para el centro es importante saber X datos de nuestros niños, para los padres debería serlo el saber algo mas de esas personas que se encargan de nuestros hijos en nuestra ausencia.
Buscamos un colegio que se adapte a nuestras necesidades y nos hacen rellenar mil impresos y formularios para conocernos mejor.
Nosotros apenas sabemos mas que lo que el centro tenga a bien poner en el tablón de anuncios o pagina Web y poca mas información que nos respondan, si es que preguntamos....
Y no lo critico, entiendo que el centro necesita saber si el/la niñ@ usa pañal, puesto que no suele estar permitido que lo hagan por una cuestión de falta de personal para ello, entiendo que necesitan saber si es introvertid@ o no para saber como dirigirse a ellos, si duerme siesta o no por que es a lo que se dedican las tardes en el primer curso pre-escolar casi siempre, pero los padres no solemos hacer lo propio a la contra por que asumimos que desde el centro harán lo que tengan que hacer, sea esto lo que sea y será lo correcto por que es lo que hacen en todas partes...
Elegimos pediatra que nos abre una ficha con todo lujo de detalles sobre nuestra vida, pero tampoco sabemos gran cosa de su persona.
Cualquiera de ellos opinará sobre nosotros sin pestañear ni temblarle el pulso, nos dirá lo que hacemos mal y nos corregirá y lo que es peor : en el 90% de las ocasiones, les haremos caso sin cuestionarnos nada.
Yo creo que también es nuestra responsabilidad crecer como padres y hacernos responsables totales de nuestros hijos y esto incluye poder (y digo poder, no tener que hacerlo) poner en entredicho las palabras del profesor o el pediatra, o la vecina del 5º que tiene 6 hijos mas que nosotros, siempre desde el respeto, pero entendiendo que ese profesional es una persona como nosotros, con su criterio personal influenciado por sus vivencias como cualquiera , pero cuya palabra no es total y definitiva, ni poseen el titulo de la verdad absoluta, que ninguno de nosotros.
Yo no pondré en entredicho a mi pediatra en temas de salud que yo no he estudiado, pero no permitiré que sea ella quien decida hasta cuando mis hijos comparten mi habitación.
No le diré al/a maestr@ de mis hijos jamás como ha de enseñarles a multiplicar, pero si podré pedirle que lo haga con respeto.
Ya no vivimos en los tiempos de antaño cuando el cura, el medico o el alcalde sentaban cátedra o sentencia con sus palabras y cuando se trata de nuestros hijos, menos aun.
Veo demasiadas veces en mi entorno como los padres delegan en profesores, pediatras y cuidadores las decisiones que a ellos les compete tomar, veo como a padres que hablan con un profesor para que sea este el que regañe al/a niñ@ por un comportamiento negativo que se le va de las manos o  que una vez ya en el pediatra, se les insta a amedrantar al/a pequeñ@ con respecto a la comida.
El profesor está para impartir conocimientos y enseñanza regladas, pero para educar estamos los padres.
El pediatra está para ayudarnos con su conocimiento a velar por la salud de nuestros hijos, pero para criarlos estamos nosotros.
Dejemos que los profesionales se encarguen de su profesión y ocupemonos nosotros de nuestra labor como padres, nos llevaremos todos mejor y saldremos todos ganando.

Myriam
Twitter: @DeMiMaternidad
FB: demimaternidadyotrosdemonios

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