ORACIÓN
¡Virgen Inmaculada! ¡Excelsa flor del Carmelo!
Rodeada de serafines te elevan al Trono
Del mismo Dios de la gloria.
Guíanos dulce señora, en este destierro
Enséñanos el secreto de la plegaria
Condúcenos a la Cruz, sendero verdadero.
Sé nuestra Soberana, Madre y Abogada.
Llévanos por tus sendas a las puertas del Cielo.
¡Santa María del Monte Carmelo!
Bienhechora, de la tierra fecunda.
Aire fresco que al espíritu reconforta.
Dulce Señora, que nos vistes con tu manto.
Te dignas favorecernos con tu esfinge bendita
Que de tu mano graciosa, fluye como reliquia.
El escapulario, sello que nos define y nos arropa
Y de mortaja nos sirve como prenda salvadora.
Mercedes Ramos.
Ave María, blanco lirio de la gloriosa Y siempre-serena Trinidad. Salve brillante Rosa del jardín De los deleites celestiales:¡Oh! Vos, de quien Dios quiso nacer en este mundo, Y de cuya leche el Rey del Cielo quiso ser nutrido Alimentad nuestras almas con las efusiones de la Gracia Divina. Simplifica nuestro pensar y discernir, para hacer siempre la voluntad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.