Hoy os traemos otra de las bodas de este año, la de Diana y Fernando, que tuvo lugar el 14 de junio de 2014 en el Mirador de Rocío, Madrid. Esta pareja se conocieron hace ya unos cuantos años, en el instituto. No fue hasta los dieciséis años cuando empezaron a salir juntos… y quince años después se dan el ‘Sí, quiero’. Bonito, ¿verdad? Pues su boda estuvo a la altura: una fiesta llena de amigos, de momentos divertidos y emotivos, de detalles…
Pero es que la pedida en sí ya fue especial. “Ya habíamos hablado alguna vez de hacer algún tipo de celebración pero no nos decidíamos. Una tarde de octubre de 2013 al volver de trabajar me sorprendió con una serie de pruebas en casa que llevaban hasta él con un anillo en la mano. Mi regalo fue una bici de carretera, ¡todo un clásico!” cuenta Diana.
La ceremonia se ofició en el jardín de a propia finca donde celebrarían el convite y fue llevada a cabo por una maestra de ceremonias que conocieron a través de Serviboda. “No fue una ceremonia muy complicada, consistió básicamente en lecturas de amigos y familiares. Hubo un trío de violín, piano y violonchelo que también nos acompañó durante el cóctel y que tocaron canciones que nos encantan” explica la novia.
El menú, tanto para el cóctel como para la cena, fue preparado por Daniel Mateos, amigo de la pareja, con el Catering Pasión. Los aperitivos contaron con delicadezas como cake pops de foie y manzana verde, california rolls con wasabi, soja y genjibre macerado, chupa chups de codorniz confitados con soja y sésamo, mini taco de pato con escabeche de setas o mollete de rabo de toro en su jugo (se nos hace la boca agua sólo de leerlo…). En cuanto a la cena, contó, después del entrante, con un plato fuerte de solomillo de cebón con atillo de verduras y salsa de Pedro Ximénez, y dos mini postres deliciosos: coulant de chocolate con sopa de té y mango y esponja de fruta de la pasión y financier de pistacho.
Para la decoración del lugar contaron con los servicios de De Fábula. En la ceremonia, por ejemplo, adornaron el altar con bodas de claveles en distintos tonos pastel, y en las mesas del banquete contaron con centros en color morado. Las mesas, eso si, llevaban los nombres de las series favoritas de los novios: de Los Serrano a Lost.
Como dijimos antes, en la boda de Diana y Fer tuvieron mucha importancia los amigos y familiares. Además de las lecturas y palabras de cariño que sus invitados mostraron durante la ceremonia, los novios también quisieron tener detalles con ellos: las que actuaron como testigos recibieron una pulsera de flores, el ramo fue para la cuñada de la pareja, los padres de ambos tuvieron como regalo unos marcos con fotos, las madres dos ramos de flores, un amigo de la familia recibió una tarta ya que era su cumpleaños y los futuros papas del grupo de amigos una tarta de pañales. Los amigos, como sorpresa, prepararon un vídeo (grabado en numerosas partes del mundo) haciendo un lip dub de la canción que la pareja había elegido como música para su primer baile: No puedo vivir sin tí, de Coque Malla. Muy emotivo, ¡sin duda!
El vestido de la novia y el traje del novio
La novia iba impresionante con un diseño de Raimon Bundó, zapatos color crudo de la marca Luxax adquiridos en El Tocador de la Novia. “Las joyas” explica Diana “eran unos pendientes de perla en forma de lágrima que me prestó mi tía, un brazalete de plata y nácar y el anillo de pedida”. El maquillaje y peinado corrieron a cargo de dos amigas, Marina y Rosa, que trabajan para Tele 5, y que “hicieron un gran trabajo” afirma la novia. Fernando, por su parte alquiló al chaqué en Guzmán, con chaleco color crema y corbata roja, y los zapatos eran unos Barrat clásicos.
Y para que disfrutéis de los detalles de esta boda, os dejamos con las geniales fotos del gran día de Diana y Fer, de Anjana Guerras Fotografía.