Nuestro auténtico corazón, más allá de su sucedáneo fabricado por el ego para sobrevivir en la realidad de las máscaras, es el poeta que canta a la vida desde una música única para cada uno de nosotros, una música que es nuestro auténtico nombre, un nombre que no pertenece a ninguna cultura, familia o lengua, pues integra nuestra esencia más allá de los tiempos y circunstancias.
Deja que tu música pronuncie tu auténtico nombre ...
Querido lector, ¿qué te parece escuchar tu música mientras contemplas la belleza que creas con tu mirada ... ? Mientras la oigas no podrás sentir ni angustias, ni miedos, pues ya no pisarás la tierra de la dualidad, volarás sobre ella impulsado por la ligereza de tus propias notas ... Pruébalo, imagínate esa música, llama a tu corazón, a tu poeta, para que quite esas máscaras que te impiden ver al poeta en esas personas con las que te enganchas ... ¡es algo mágico y verdadero ... ! Si no me crees pregúntale a tu corazón ...