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Nuestro cerebro está siempre preparado para la interacción social

Por Davidsaparicio @Psyciencia
Nuestro cerebro está siempre preparado para la interacción social

Somos seres que gozamos de la compañía de otros y por ello nuestro cerebro tiene avidez por lo social. Por esta razón, incluso en situaciones de reposo mantiene activas las áreas asociadas con el pensamiento y el aprendizaje social, aprovechando toda oportunidad para asimilar información que pueda serle útil en situaciones futuras.

Investigadores del Dartmouth College, de Estados Unidos, pudieron constatar que la corteza prefrontal medial y la unión temporoparietal­ — ­­esenciales para la inferencia social o nuestra capacidad para evaluar los estados mentales y las intenciones de otras personas– se tornan activas y con gran conectividad durante el reposo para consolidar información social.

En trabajos anteriores se había observado que las regiones cerebrales asociadas con el pensamiento social estaban activas aun cuando no era necesario, pero no se comprendía muy bien el motivo. Esto llevó a los neurocientíficos a nombrar esta red como “predeterminada”, al estar alerta de manera constante a falta de otras instrucciones.

En la búsqueda de una posible respuesta a lo anterior, Meghan L. Meyer, coordinadora de la investigación, y su equipo se propusieron observar qué sucedía en los cerebros de un grupo de voluntarios mientras realizaban tareas de codificación social y codificación no social a través de equipos de resonancia magnética funcional.

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Nuestro cerebro está siempre preparado para la interacción social

La tarea de codificación social consistió en que miraran una fotografía de alguien identificado (por ejemplo un doctor) y determinaran dos rasgos de esa persona. Luego evaluaron la impresión que les causaba para después contar con un tiempo de descanso en el que podían pensar en cualquier cosa, siempre que permanecieran despiertos.

El trabajo de codificación no social fue similar. En este caso, se presentaron fotografías de un lugar que estaba emparejado con dos rasgos utilizados para describirlo y, luego, al igual que en el paso anterior debían evaluarlo —también tuvieron tiempo de descanso—.

Tras pasar por el escáner, los participantes fueron sorprendidos con un paso más: debieron pasar a una sala silenciosa en donde se les pidió que completaran una prueba de memoria asociativa para evaluar si conseguían identificar las fotos de personas, lugares y sus respectivos rasgos.

Los investigadores hallaron que durante el período de descanso después de la tarea de codificación social, la corteza prefrontal medial y las regiones de unión tempoparietal en todos los voluntarios aumentaban su conectividad. Cuanto mayor era la conectividad que se había producido, mayor era el rendimiento de la memoria social.

También observaron un efecto de orden. Los participantes que habían realizado primero la codificación con fotografías de personas mantuvieron niveles más altos de conectividad entre las áreas cerebrales sociales durante el descanso post-social y también en el descanso no social; sin embargo, no se encontró lo mismo en aquellos a quienes se les presentó primero la tarea no social.

Para el equipo del Dartmouth College, el estudio demostró que el cerebro consolida la información social tan pronto como tiene la oportunidad de hacerlo, priorizando lo que aprendemos sobre nuestro entorno social. Además, también contribuye a comprender que la red predeterminada está activa durante el descanso antes de un encuentro social para prepararnos para pensar socialmente, mientras que la actividad de la red predeterminada después de un encuentro social consolida la información social recién adquirida.

Lo interesante de este estudio es integrarlo con otros para ser conscientes de lo importante que es lo social para nuestro cerebro y cómo deberíamos estar atentos a cuidar nuestras relaciones, algo que por las “urgencias” que se nos presentan a diario tendemos a dejar para otra oportunidad.

Seguramente hoy es un día oportuno para recompensar a nuestro cerebro y seguir haciéndolo periódicamente con una dosis de neurotransmisores felices, gentilmente liberados cuando estamos junto a personas queridas y les agradecemos o expresamos amor.

Bibliografía:

  • Meyer ML, Davachi L, Ochsner KN, Lieberman MD. Evidence That Default Network Connectivity During Rest Consolidates Social Information. Cereb Cortex. 2018 Apr 13. doi: 10.1093/cercor/bhy071.

Por: Dr. Carlos. Logatt Grabner – Médico, Universidad de Buenos Aires. Máster en Neurociencia y Biología del Comportamiento, Universidad de Murcia. Presidente Asociación Educar para el Desarrollo Humano

Artículo publicado en Asociación Educar y cedido para su publicación en Psyciencia.


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