Todos tenemos un Niño Interior. Es nuestra parte más íntima, única y esencial que necesita de nuestro amor. Aunque normalmente le tenemos abandonado, él no deja de llamarnos la atención.
Niños en la playa – J. Sorolla
Cuando le reconocemos y escuchamos estamos volviéndonos hacia nosotros mismos aceptándonos y queriéndonos. Ese Niño nos hace vivir como adultos maduros y responsables, conscientes y libres.
Este Niño Interior tiene sus propias características.
- Es corazón
Nuestro Niño Interior es amor. Cuando le escuchamos empezamos a comportarnos con más respeto y cariño hacia las personas que nos rodean. Nos preocupamos por ellos y por nosotros, lo que en última instancia hace que nos queramos más y tengamos más autoestima y confianza en nosotros mismos.
- Sincero
Es muy sensible a las emociones, lo que hace que viva intensamente cada una de ellas. Si ríe, lo hace con toda el alma al igual que si llora. No hay dobleces ni caretas.
Si le escuchamos podemos ser conscientes de nuestras emociones más básicas, no quedándonos en aquellas más superficiales y que pueden tapar a las primeras.
- Espontáneo
Nuestro Niño Interior no actúa por interés, lo hace por su propia necesidad de vivir y ser. Esto genera que actúe desde la espontaneidad, sin intereses ocultos.
Al actuar así fluye y vive el presente, sin sentirse atado por la carga del pasado ni de preocupaciones por un futuro inexistente.
- Confiado
Confía en las personas y en las circunstancias. No cree que otras personas vayan a hacerle daño. Cree en la bondad y el amor de los otros.
En el fondo siente que todo tiene su razón de ser y por tanto no cree en la manipulación y la utilización. Todo es como ha de ser.
- Juguetón
A veces actúa de una manera que desde nuestra “madurez” no entendemos o nos parece irracional. Nos pide actuar de formas que no “deberían” ser. A cambio, si aceptamos, nos sentimos más felices, amados y completos. Al final, redunda en un mayor bienestar psicológico.
- No es rencoroso
Nuestro Niño Interior no se guarda nada para luego utilizarlo en contra de nadie. Vive el presente aceptándolo como es, por lo que cualquier daño que podamos sentir, él no lo memorizará y seguirá confiando en los demás.
- Tiene necesidades
Al igual que cualquier niño, tiene una serie de necesidades básicas mínimas para poder ser feliz. La primera es ser escuchado y aceptado. Gracias a ello se sentirá pletórico y amado.
Además, necesita que nosotros cuidemos nuestro propio cuerpo y mente, para poder sentirse escuchado y poder ser feliz.
- Es sabio
Nuestro Niño Interior conecta con nuestro ser más esencial y por tanto con lo que somos realmente. Si le escuchamos, podremos sentir todo aquello que necesitamos para poder ser felices.
Esta sabiduría no es un conjunto de conocimientos y datos, sino de una conciencia de lo que somos y nuestra misión.
Aunque sea difícil escuchar a nuestro Interior, merece la pena cuidarnos para poder sentirle y quererle. Entonces, seremos también más felices nosotros.
Carlos Postigo