El buen rollo llevado al límite entremezclado con un drama familiar al uso es lo que vamos a encontrar en esta comedia inglesa, cuyo principal encanto son unos entrañables niños que consiguen enternecer al espectador con sus adorables ocurrencias. El resto de actores está al servicio de los más pequeños en la mayoría de diálogos, dentro de una trama que se desarrolla de forma sumamente predecible con algunas situaciones graciosas en contraposición a otras un tanto cargantes. Es el tipo de película agradable y ligera, que uno puede ponerse cuando no tiene ganas de complicarse la vida. Mi puntuación: 5/10