Revista Religión
Tras este pequeño paréntesis veraniego en que Yo soy Pastoreño ha dejado de publicar entradas para proceder a la renovación de contenidos y administración del mismo, volvemos con renovadas fuerzas e ilusión a continuar nuestra labor de servicio a los todos los pastoreños, y especialmente, a la Hermandad de Cantillana a la que pertenecemos y contribuimos, y para cuyo esplendoroso futuro trabajamos.A las puertas de unas nuevas Fiestas Mayores de la Divina Pastora retomamos esa voluntad de formar, informar y hacer difusión a todo el mundo, sobre la advocación, devoción y hermandad pastoreñas, desde ese prisma cantillanero que en estos días empieza a prepararse para la eclosión de júbilo que suponen cada año sus renombradas fiestas de septiembre en honor de la Señora.Cuando falta un mes justo para el día grande de la Pastora, abre de nuevo sus puertas este espacio para que el anuncio y difusión de nuestra principal devoción y manifestación festiva tengan un medio digno y se lleven a cabo como se merecen. Volvemos con las pilas cargadas, una mejor organización e interesantes contenidos y propuestas que ya iréis conociendo. Por supuesto, abiertos, como antes, a vuestra, siempre constructiva opinión, comentarios y a las propuestas, escritos, fotos y material relacionado con la Divina Pastora que nos queráis hacer llegar y que, como ya sabéis, tienen siempre cabida en vuestro blog. También damos la bienvenida a nuevos colaboradores y destacamos la formación de un grupo de recopilación de contenidos y otro de asesoramiento jurídico.Este año, además, son varias e importantes las efemérides del ámbito pastoreño dignas de recordar y celebrarse y que por supuesto no van a pasar desapercibidas para nosotros, principalmente, una que marcó un hito en la historia local y de la hermandad, y fue el momento álgido de la mayor etapa de esplendor vivida por la institución durante décadas. Se trata del décimo aniversario de la imposición del cayado de oro a la Divina Pastora, con motivo del tercer centenario de la advocación, que tuvimos la dicha de celebrar aquel fabuloso 8 de septiembre de 2003.Con la conmemoración de estos 10 años de aquel acontecimiento, en la que no faltaran artículos, crónicas, fotografías, videos y testimonios, que seguro serán de vuestro agrado, se iniciará una importante sección en el blog que llevará por título La década de oro. La Hermandad de la Divina Pastora entre 1999 y 2009. Donde se contará y analizará la historia reciente de la hermandad, las claves y los principales acontecimientos de esa etapa floreciente y de gran renovación y crecimiento de la institución. Esa tendencia que se ha visto lamentablemente frustrada tras el resultado del último proceso electoral en la hermandad, en febrero de 2010 y que esta, debe rápidamente volver a retomar si quiere ser fiel a sus fines y a su historia.También recordaremos como merece el décimo aniversario la declaración de Fiestas de Interés Turístico de Andalucía, de las fiestas y romería de la Divina Pastora de Cantillana, nombramiento que tuvo lugar también ese año inolvidable y supuso, en las vísperas de la romería del tercer centenario, el colofón a una efemérides ejemplar y única.Esperamos que esta nueva etapa la sigáis con el mismo o mayor interés aún que hasta ahora, que continuéis participando y haciéndoos altavoces del contenido del blog, compartiéndolo y difundiéndolo a través de los medios y redes sociales, cuando lo creáis conveniente, para que la información y el conocimiento de las cosas de la Pastora lleguen al mayor número de hermanos y devotos, y se admiren por todas partes las excelencias de una advocación, una hermandad y unas manifestaciones religioso-festivas hermosísimas, únicas y seculares.Yo soy pastoreño quiere ser el blog y la voz del pueblo pastoreño, vuestra voz y vuestro blog. Ayúdanos a construir desde este espacio el futuro grande que queremos para nuestra Hermandad y para la más genuina de nuestras devociones marianas.¡Viva la Divina Pastora!¡Viva el 8 de septiembre!¡Viva el orgullo de ser Pastoreños!
Los administradores generales.