Holaaaa, ¿como andáis?
Después de tanto tiempo sin escribir, os dejo con este post muy interesante en Miss Cándida, donde Vanesa nos explica su historia con la candidiasis, además es autora de varios blogs super interesantes!
Os dejo con sus palabras
Hola Amig@s!
Quiero darle las gracias a Alba por haberme invitado a escribir este artículo para su blog:
Mi nombre es Vanesa y escribo en varios blogs, concretamente tengo un par de sitios donde
hablo sobre la candidiasis:
- Dietas terapéuticas
- Recetas para candidiasis
Para los que no me conocéis, os cuento un poquito sobre mí; gracias a la candidiasis acabé
estudiando Naturopatía y más adelante acabé por estudiar también Dietética ambas en
escuelas de corte naturista. Actualmente es a lo que me dedico: Elaboro menús, doy pautas y
hago planes de alimentación para tratar de equilibrar el organismo de manera holística, entre
otras terapias que desarrollo en mi consulta. A parte de ello también elaboro dietas para
pérdida de peso, etc…
Me resulta un trabajo estimulante y gratificante, que me hace muy muy feliz y gracias al cual
he tenido la suerte de hacer muchas amigas y amigos, que comenzaron siendo mis clientes,
estoy muy agradecida a todos ellos por la confianza depositada en mi persona.
Pero antes de dedicarme a todo esto… yo estaba trabajando en un banco, era bastante joven y
había empezado mi vida laboral dedicándome a otras cosas porque había estudiado otra
carrera que no tenía nada que ver con el mundillo de la nutrición holística. Y, dicho sea de
paso, me sentía muy estresada y un tanto infeliz.
En esa época es cuando empieza mi relación con una afección, que es la que nos ocupa hoy,
estoy hablando de la candidiasis.
Han pasado muchos años desde que padecí cándidas, a mí me las detectaron (después de
mucho peregrinar) en un hospital privado mediante analíticas de heces.
Para no alargarme mucho con mi historia, os diré que en mi caso, decidí investigar más
profundamente sobre esta afección y es cuando decidí estudiar naturopatía. Tuve que
empezar a indagar por mi cuenta porque ningún tratamiento con antifúngicos químicos me
hacía efecto (tipo fluconazol, óvulos y demás), llegaron incluso a recetarme antidepresivos…
pero yo sabía que ese no era mi problema real. Así que empecé a probar dietas y antifúngicos
naturales y fui anotando todo lo que iba probando en mí y que me funcionaba. A la vez iba
leyendo todo lo que caía en mis manos y que estuviese relacionado con la candidiasis crónica,
a la par que iba estudiando en naturopatía cómo poder ir liberando al cuerpo de toxinas
acumuladas mediante la alimentación, hierbas, etc…
En esta andanza, que duró bastante tiempo, me tropecé con varias informaciones
contrapuestas, diferentes puntos de vista, distintas dietas, y…en fin…cada información que iba
recabando no estaba muy clara del todo y se podían seguir muchos caminos que aseguraban
mejorías. Probé dietas muy restrictivas que eliminaban muchos alimentos y luego (cuando
había mejora) los tenías que reintroducir, algunas de esas dietas (por no decir casi todas)
utilizaban mucha proteína de origen animal. Yo en aquella época era vegetariana, aunque
tomaba huevos ecológicos y muy pocos lácteos.
Os podréis imaginar lo duro que fue para mí volver a tomar proteína animal…pero lo hice…y no
obtuve los resultados esperados, por lo menos yo no lo logré, no notaba mejoría.
A esas alturas me sentía bastante frustrada porque agobia mucho estar esforzándote y no ver
una mejoría. Mis síntomas eran varios pero sobre todo tenía un cansancio extenuante sin
motivo, somnolencia, sensación de que no podía llevar a cabo todo lo que debía realizar en un
día, dolor articular, me crujían las articulaciones, sensación de nerviosismo constante,
intranquilidad, etc…
Así que decidí que necesitaría ayuda y en un herbolario me recomendaron a una naturópata
que trabajaba con un aparato, así que fui a que me hiciesen un chequeo con su aparato de
biorresonancia o biofeedback (con el que a mí me testaron se llama Biocom).
A parte de la candidiasis me detectaron otras historias como; unos niveles elevados de
mercurio bastante importantes y cierta debilidad en el sistema digestivo.
A la hora de ponerme tratamiento es cierto que, a parte de tratarme con el propio aparato (te
colocan unas placas en zonas de tu cuerpo y actúan por biorresonancia), ella me recomendó
algunos antifúngicos (extracto de semillas de pomelo) y sustancias detos como el alga chlorella
(si tomáis este alga os recomiendo hoy en día la de pared celular debilitada, ya que en aquel
entonces necesitaba tomar como 20 pastillas para notar resultados…hoy ya no es así). A parte
me dio flores de Bach (también te testan las mejores para ti y el propio aparato es capaz de
copiarlas, te las dan en el momento), y algún suplemento mineral para basificar el organismo
(pues sabéis que en ambientes acidificados los hongos, virus y bacterias están más agustito).
De la dieta solo me dijo todo lo que tenía que eliminar que, una vez más, era bastante y de
nuevo tenía que comer bastante proteína animal…Yo me limitaba a comer solo pollo orgánico
con ensaladas y alguna manzana que otra…pero esto seguía sin convencerme del todo. Así que
seguía investigando por mi cuenta en el campo de la nutrición…
De mi propia cosecha empecé a tomar aceite de coco y orégano hecho en casa, receta y
propiedades que compartí recientemente en el canal de Youtube y blog Luwak Channel, os
copio los links:
- Receta aceite de orégano
En realidad me sirvieron de mucho estas consultas porque eran mi manera de cerciorarme de
los niveles de cándidas cada vez que iba, ya que el aparato los mide mediante el biofeedback,
así que yo iba sabiendo si aquello que hacía funcionaba.
Llegué a la conclusión, después de mucho leer, de que lo que estaba mal era el terreno (un
pensamiento básico en naturopatía), y el terreno era mi organismo, mi cuerpo. Pero para
saber por dónde empezar tenía que pensar y echar la vista atrás….¿cómo llegué a desarrollar
una candidiasis?.
Recordé que de pequeña siempre fui una niña bastante enfermiza, comía muy poco y era
asmática. Me mediqué mucho por ello…durante muchos años…
Además en aquel momento contaba con 8 empastes de mercurio o amalgamas dentales y, por
aquel entonces yo ya sabía de los efectos nocivos de niveles elevados de mercurio en el
organismo…
La verdad es que te sientes como un enfermo sano o un sano enfermo…no estás enfermo de
gravedad pero no te sientes bien…Así estaba yo…
Mis analíticas habituales salían muy bien y los doctores no encontraban nada a priori…pero yo
estaba por los suelos… Quizás por ello a esta afección se la denomina como el síndrome
fantasma del SXXI…ya que no es tan fácil identificarlo…Además la sintomatología se podría
confundir con otras patologías como la sensibilidad al gluten…
Bajo este panorama y, analizándolo todo a vista de pájaro, empecé a cambiar el “chip” y
también me ayudó mucho que en aquella época, la vida puso en mi camino personas increíbles
que me ayudaron a crecer también espiritualmente (pensar en meditar me estresaba mucho
en aquel entonces ) y me enseñaron a centrar mi atención gracias a la meditación…y,
aunque este es otro tema, me parece importante mencionar lo de las meditaciones porque fue
así como empecé a canalizar mi estrés y mi vida laboral comenzó a cambiar hacia cosas que me
hacían sentir una mayor felicidad y eso ayuda mucho a recuperarte de cualquier afección.
Entonces ya tenía una visión más global de mi afección y una idea más concreta de en qué
orden abordar esto.
Primero busqué un dentista que me retirase las amalgamas de mercurio, tiene que saber lo
que hace porque la retirada ha de ser hecha con cuidado ya que el mercurio espirado es fatal
tanto para ti como para el odontólogo. A parte, debes llevar a la vez un protocolo de
desintoxcación de mercurio (yo utilicé alga chlorella primero y luego EPAS con DHA + cápsulas
de extracto de cilantro). Por supuesto dejé de consumir pasta de dientes con flúor también ya
que este componente debilita el sistema inmunológico (entre otras cosas).
En cuanto a la dieta, empecé a leer propuestas naturistas sobre alimentación en estados de
infección por hongos y todos coincidían en que la dieta de vegetales y frutas era buena porque
el azúcar de las frutas se metaboliza muy diferente al azúcar procesado, refinado e
industrial…y, para mi tenía sentido por lógica, además después comprobé en mí misma que así
es.
Las curas a base de frutas limpian el organismo y por lo que sabía del hongo cándida albicans
era que está presente en organismos “sucios”. También había leído reiteradamente que el
azúcar alimenta a las cándidas…pero… ¿todo el azúcar o depende de su bioasimilación en el
organismo según la fuente de la que provenga?… Por intuición mi interior me decía que no era
lo mismo el azúcar de una manzana que el azúcar de un bollo… Después pude estudiar que,
aunque químicamente ciertos azúcares pueden ser lo mismo, biológicamente el cuerpo no lo
asimila del mismo modo todo.
Así que el Dr. Douglas Graham, autor de la dieta 80-10-10 habla de las necesidades de los
hidratos de carbono de calidad que tienen nuestras células, de cómo una ingesta elevada de
grasas taponaría la célula y de cómo esto impediría que realmente exista un buen intercambio
entre los fluidos intra y extracelulares, que es lo que necesitamos para tener energía.
Él propone que las mejores fuentes de estos hidratos se hallan en los azúcares de las frutas y
también en las verduras. Opina que personas con candidiasis vieron mejorada la afección con
curas a base de frutas y vegetales de hoja verde (básicamente una dieta crudivegana). Es un
libro muy interesante.
Lo probé en mí misma y puedo decir que tomar fruta no agravó mi estado…al contrario…lo
mejoró!, ¿qué sorpresa no?. La cuestión es llevar una alimentación equilibrada y optar por
pocas grasas y que sean de calidad (más info en: dietas terapéuticas lista de alimentos permitidos para la candidiasis)
No obstante, para curarnos en salud y, puesto que no todo el mundo estamos dispuestos a
llevar una dieta como la crudivegana, recomiendo que el primer mes de dieta se restringa la
ingesta de frutas a solo las de bajo IG (índice glucémico), después de encontrar mejoría se
puede ir introduciendo alguna fruta más y observarse.
Pero, en mi opinión y, según mi experiencia personal, no tomar nada de fruta es más
contraproducente que favorable ya que estamos dejando de tomar multitud de vitaminas,
fitonutrientes, minerales, enzimas y demás sustancias super necesarias para tener una salud
óptima.
Por otro lado, llegaba también a la conclusión de que el problema de muchos productos de
hoy día es que son productos que suelen tener modificaciones en su naturaleza. Llegó el
momento en que leer las etiquetas se convirtió en algo necesario y habitual (sin llegar a la
obsesión claro está). Es sorprendente la cantidad de aditivos y azúcares refinados que se
añaden a muchos productos de uso cotidiano…empecé a hacer “limpieza de despensa” bajo
las premisas de: “de la huerta a la mesa”…o sea todo lo que sea sospechoso de contener
aditivos lo evité (fiambre de pavo o pollo, salchichas, etc… snacks de frutos secos que no están
en crudo, bebidas vegetales con algún aditivo y modificadas genéticamente, productos con
azúcar añadido, productos con grasas hidrogenadas tipo galletas aparentemente “bio”, etc…) y
esto incluía también a ciertas cosas de herbolario ya que, el hecho de que esté en una sección
de dietética o en un herbolario no lo hace menos procesado…Ojo con esto.
La cuestión era que me encontraba a mí misma con un carro de la compra super fresco, ya solo
visitaba la sección de verduras, frutas, huevos, frutos secos, pollo de corral y agua mineral… A
veces (según supermercado) nescesitaba comprar en el herbolario cosas como las legumbres
ecológicas, algunos frutos secos, coco rallado seco, copos de avena integrales, harina de trigo
sarraceno para hacer crepes o bizcochos en casa, harina de espelta integral y manzanas,
alguna especia, aceite de coco, aceite de lino (no se puede usar en caliente nunca)…quizás
alguna cosa más…
Empecé a tomar conciencia de que no por ser vegetariano algo tiene que ser sano, de que no
porque algo se venda como saludable tiene por qué serlo. Lo mejor es que cada uno desarrolle
su propio criterio y que nadie te diga lo que debes o no hacer en esta vida, desarrolla un
espíritu crítico objetivo… y esto unido a tu intuición y la búsqueda de información casi nunca
falla, te equivocarás pocas veces.
Así pues fui anotando cositas e iba pasando el tiempo. Yo sentía que iba mejorando poco a
poco así que eso era que estaba en la línea que yo quería seguir. Había encontrado mi propio
equilibrio y me gustaba comer así, ya me había adaptado e incluso estaba creando platos que
no solo alimentan sino que están muy ricos!.
Años después, realicé la Limpieza Hepática que viene explicada y detallada en el libro de
Andreas Moritz y me fue realmente bien. A esas alturas sentí que esto fue un impulso
acelerador en mi mejoría…No en vano, en mi primera limpieza no salieron cálculos sino unos
filamentos que estoy segura que tenían que ver con mis males, de hecho a raíz de esa limpieza
no volví a sentir dolor articular nunca más. Cuando realicé esa primera limpieza hepática y de
vesícula estaba en la isla de Fuerteventura de vacaciones y no me fue posible llevar analizar
esos filamentos pero me hubiese gustado saber más.
El motivo de por qué la realicé fue debido a que Andreas decía en su libro que si hay focos de
suciedad en el cuerpo la cándida no se regula tan fácilmente y, aunque yo había mejorado
mucho, sabía que no estaba al 100% aún. Así que lo hice. Tardé 2 años en limpiarme
completamente, si estás interesado en mi experiencia puedes ver este video donde lo
comparto.
Después de aquello estaba muy contenta y un día que estaba leyendo un blog de la tía de una
amiga en internet vi que cualquiera podía crear un blog si tenía algo que compartir…y me
pareció buena idea escribir sobre las limpiezas orgánicas y sobre temas de alimentación, así
surgió Combidietas.
A este blog le sucedieron algunos otros, entre los cuales está:
Dietas terapeuticas
Y aquí es dónde escribí un artículo con alguna de la información interesante que encontré en
mi experiencia. Quise compartirlo de manera gratuita porque para mí no fue fácil encontrar
respuestas y hubiese agradecido algo de ayuda y orientación.
Mi conclusión es que no os puedo decir que haya una dieta mágica que equilibre las cándidas
ni unos productos milagrosos pero cuando conoces la naturaleza de la afección, en este caso
quién es la cándida, por qué prolifera, etc…es más fácil abordar el tema de raíz. Pienso que hay
muchos problemas de intolerancias, enfermedades autoinmunes, sensibilidades a ciertos
productos, a alimentos, etc… que pueden estar relacionados con esta afección o, mejor dicho,
al revés…que la candidiasis se desequilibra cuando existen estas patologías y que estas, a su
vez, vienen por otro tema que es la cantidad de alimentos modificados y procesados que
existen hoy día y que consumimos pensando que nuestro cuerpo los reconocerá y será capaz
de asimilarlos sin problemas pero no es así. Otras veces son cosas que ni nos planteamos
porque, sencillamente ciertas cosas se suelen consumir y lo vemos tan normal que ni
pensamos si nos beneficia o nos empeora desde un punto de vista de una verdadera
alimentación nutritiva.
No soy partidaria de dietas estándares, ni siquiera de elaborar dietas cerradas, porque además
creo que cada uno es particular y está en un punto diferente, no obstante me atreví a elaborar
la tabla de “prohibidos y permitidos” genérica en candidiasis para que a la gente le fuese más
fácil tomar conciencia de lo que supone “de la huerta a la mesa” o “del mercado a la mesa”.
Pero es más sencillo de lo que crees…piensa cómo cocinaban nuestras abuelitas…cuando no
había tanta industria alimentaria procesada…y piensa también en la dieta mediterránea…pues
más o menos así es como debería ser
No obstante, en el caso de la candidiasis hay que además tener en cuenta el hecho de
restringir productos fermentados, azucarados (que ya lo hemos dicho antes), enlatados, con
aditivos, etc…Podréis leer más en mis blogs.
Gracias y un Abrazo GRANDE!
Vanesa
Hasta aquí las palabras de Vanesa, espero que os hayan gustado, a mi me han parecido muy interesante!!!
Gracias Vanesa por explicar tu experiencia! un abrazo grande!