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Investigadores de la Universidad de Manchester, en Reino Unido, aseguran que una sencilla prueba en sangre puede ayudar a predecir de forma precoz en qué pacientes con artritis reumatoide acabará fallando el tratamiento con terapias biológicas, lo que podría servir para manejar mejor los síntomas.
La artritis reumatoide afecta al 1,5% de la población y representa un importante problema para los pacientes ya que pueden sufrir dolor, ven reducida su movilidad y tienen más riesgo de morir de forma prematura si no reciben un adecuado tratamiento.
El uso de terapias biológicas es relativamente reciente y actúan activando el sistema inmune para que proteja de aquellos compuestos de la sangre que atacan las articulaciones. Por el momento son inyectables y generalmente se combinan con terapias antirreumáticas más clásicas como el metotrexato cuando éste ya no es eficaz.
El empleo de estas técnicas ha mejorado drásticamente la salud a largo plazo de las personas con la enfermedad en un grado más severo, reduciendo los síntomas y los daños en las articulaciones que causan discapacidad. Sin embargo, en 1 de cada 5 pacientes el tratamiento deja de funcionar después de unos meses, en ocasiones por la formación de anticuerpos que frenan su eficacia.
Los investigadores en principio pensaban que las pruebas para detectar estos anticuerpos en sangre sólo serían útiles si se realizaban inmediatamente antes de la siguiente dosis del tratamiento, cuando hay menos restos en el organismo, aunque entendían que este enfoque era difícil de conseguir en un entorno clínico.
Sin embargo, el estudio muestra que las pruebas al azar a veces también son eficaces, lo que podría generalizar su uso, ya que es más fácil de utilizar en un entorno clínico.
“Nuestro estudio demuestra que la detección de niveles bajos del fármaco adalimumab, uno de los más habitualmente prescritos, es el factor más importante que se ha asociado a la falta de respuesta al tratamiento”, ha explicado Meghna Jani, del Centro de Investigación Musculoesquelética de la universidad británica y uno de los autores del trabajo.
La prueba es “fácil de realizar en un hospital y podría ofrecer información útil de cómo manejar al paciente cuando no esté controlado”, ha explicado. En el trabajo, publicado en la revista Arthritis & Rheumatology (DOI: 10.1002/art.39169) participaron 311 pacientes (160 con adalimumab y 171 con etanercept) a los que se tomaron muestras de sangre a los tres, seis y doce meses después de comenzar el tratamiento, bien con adalimumab bien con etanercept. De este modo, vieron como el 25% de los pacientes con adalimumab desarrollaron anticuerpos, lo que podía predecir un futuro fracaso.
Los investigadores también encontraron que en aquellos que habían usado dosis altas de metotrexato se asoció con niveles más bajos de anticuerpos de medicamentos, lo que sugiere que los pacientes deben ser alentados a continuar con este tratamiento en la dosis más alta que puedan tolerar, para reducir el riesgo de desarrollar anticuerpos.
Fuentes:
jano.es
Meghna Jani et al. Clinical utility of random anti-TNF drug level testing and measurement of anti-drug antibodies on long-term treatment response in rheumatoid arthritis. Arthritis & Rheumatology (DOI: 10.1002/art.39169)