Revista Cine
Hoy reabrimos una nueva etapa en “Ganarse un acre”. Tras el parón veraniego y algunos problemas que nos ha dado el blog, debido a los cuales hemos perdido algunos textos, hemos hecho un lavado de cara con la intención de consolidarnos, vamos camino de los tres años. Hace unos meses sabéis que tengo socio, JC (Juan Carlos Vinuesa) un hombre de que supura cine por sus cuatro costados, esta relación bloguera va viento en popa y queremos más, tenemos nuevas intenciones, nuevas ideas, en primer lugar las entradas se renovarán cada cuatro días. Los temas principalmente no van a cambiar, queremos seguir descubriendo películas, o redescubriéndolas para quién no las tenga frescas, porque en principi para hablar de cine actual, sobre estrenos pensamos que hay suficientes blogs, esto no quita para que de vez en cuando toquemos algún film recién estrenado. También queremos que esto sea una ventana abierta a quién quiera publicar algún texto, será bien recibido, nosotros buscaremos todos los meses nuevas plumas, nuevos puntos de vista, nuevas maneras de escribir. También de vez en cuando se reseñaran artículos de arte o de música, como se ha hecho hasta ahora, pero tenemos un planing prácticamente preparado para lo que resta de año. Esperamos, y esto es una intención, una promesa que queremos cumplir, volver a conectar con nuestros bloggers amigos, que los tenemos totalmente olvidados desde hace tiempo, bien entrará JC, bien entraré yo, pero no nos olvidamos de nuestros blogs hermanos.
POR FAVOR, ROGAMOS A LOS BLOGS QUE ESTABAN HERMANADOS QUE NOS VUELVAN A ENVIAR SU DIRECCION AL MAIL QUE ESTÁ ARRIBA, PUES SE HA BORRADO LA LISTA.
DOS CABALGAN JUNTOS
Una multitud de hombres y mujeres observa; primero con sorpresa, después con sobresalto, para pasar inmediatamente al pánico, como un tren se aproxima de forma lenta pero decidida a una estación, desfila por el andén, para salir por un extremo…de la pantalla.
No se trata de una crónica de sucesos de cualquier periódico. Estamos en París, en el año 1896 y es la descripción de la sesión inaugural del CINEMATÓGRAFO LUMIÈRE.
Después de esto, la pregunta es; ¿qué puede ofrecer el cinematógrafo más allá de retratos que se animan, gentes que se mueven, máquinas que se abalanzan sobre el público?
No parece, a decir verdad, que los hermanos Lumière llegarán a plantearse tal pregunta. Ni tampoco que imaginase que sus pequeñas películas fueran a convertirse con el paso del tiempo en documentos históricos. Ni mucho menos que el aparato inventado por ellos, por el simple hecho de plasmar una realidad que en ese momento es inmediata, por muy cotidiano que fuera —los franceses filmaban salidas de fábricas; los españoles de las iglesias—, deviniera en un notario que daría fe de la historia. Su naturaleza mecánica hace del cine el esposo de la Realidad.: reproduce lo que ve, tal como es, sobre cualquier tema. Así pues, el cine originariamente, en su nacimiento es un ojo que no miente, documenta la realidad.
Pero en estas llega un hombre que va a marcar al igual que otros el camino de lo que al principio fue solo un invento, para pasar la plasmación de imágenes en arte, y tras un espacio corto de años crear un lenguaje específico que marcará el camino de una industria que no descansa ni los fines de semana.
Este hombre es George Meliès, francés al igual que los hermanos Lumière, y es el primer creador que aprovecha la realidad de la imagen para proyectar una imagen ficticia, es decir, es un ilusionista.
George Meliès consigue en 1902 que el hombre pisé la Luna, y que ésta muestre su disgusto por ello, ya que los patosos que han aterrizado en ella, han incrustado el cohete sobre ni menos sobre su ojo. El trabajo de Meliés hace posible que años más tarde un tal Cecil B. de Mille, abriera las aguas del Mar Rojo. Segundo de Chomón, un españolito de Teruel, crea el travelling que emplea por primera vez en LA VIDA Y PASIÓN DE JESUCRISTO, filmada por Ferdinand Zecca en 1907. Fructuoso Gelabert rueda en el año 1897 RIÑA DE CAFÉ, que es la primera película española de ficción. Las películas de estos pioneros europeos se exhibieron en parques públicos y ferias como espectáculo popular cada vez más extendido y arraigado
Mientras en EE. UU. Thomas Alva Edison, es el primer hombre que impresiona una película como las que conocemos en la actualidad en la industria cinematográfica, patenta en 1891, el KINETOSCOPIO para visión individual de películas. Con objeto de producir cintas para este aparato, crea el primer estudio cinematográfico del mundo, que se llama “Black María”. De este estudio surge Edwin S. Porter, un proyeccionista convertido en camarógrafo, que llega a jefe de producción de la Edison, distribuidora de los films de Meliès, filmando en 1904 “El gran asalto al tren”, donde desde el principio, y basado en una historia real, emplea el movimiento del tren en un ritmo plenamente cinematográfico, tratándose del primer western filmado.
Y llegamos al año cumbre, a 1915. Un vendedor de Kentucky, que nunca pensó en dedicarse al cine, miembro de una familia venida a menos por la guerra civil americana, es el creador de un lenguaje cinematográfico, introduciendo innovaciones y es el visionario que ve que el cine como arte, pude ser también una industria, sobre todo pagando dos dólares por cada entrada. Este tipo de innovaciones aún perduran en los libros de estilo de productores y directores contemporáneos: Uso de tomas de figuras con primeros planos agrandados, el suspense mantenido, la desaparición gradual de una imagen y la sobriedad de la expresión, así como realzar la actuación de los protagonistas hasta conseguir que el cine se reconozca como un auténtico arte, y trata la imagen como un transmisor de crear emociones. Lo que empezó como curiosidad científica—Lumiére comentaba que era el invento que menos esfuerzo le había costado—, siguió como un fenómeno de feria y acabó por convertirse en una industria que no descansa ni los fines de semana. La gente—todo hay que decirlo sin ninguna pretensión artística, al principio iba al cine por un simple hecho de ver unas imágenes en movimiento. Luego las exigencias del público, que junto con las majors, sirven las implacables leyes del mercado, provoca que a través de esas imágenes se le contará una historia, en que sentimientos, pasiones y espectacularidad serían condiciones indispensables, y aparecieran señoras estupendas y apuestos caballeros.
Una vez que el cine alcanzó cierto grado de madurez, si no como arte, al menos, sí como industria, y quiso acceder al olimpo de las artes con sello de calidad; así como para las masas de sábado por la noche, matinal del domingo busco la coartada de la literatura, arropado por la belleza plástica. Ahora las historias eran sobre temas trascendentales y las imágenes de una plasticidad asombrosa. Pero esto provocó un olvido progresivo, ya que si el cine es imagen y narración, al menos, el cine de ficción, era también ritmo, “tempo”.
Esto supuso que el cine, actividad independiente de las artes en la medida que se afianzaban a favor del publico, se convertía en servidor de éstas; cosa que no le impidió aumentar el número de espectadores, convirtiéndose para los hombres y mujeres de este mundo en el único espectáculo existente, en una válvula de escape a una cotidianidad en general poco agradable, en una fábrica de sueños al alcance de todos los bolsillos; en un centro de atención donde los hombres quieren ser unos tipos duros, las mujeres damas glamurosas y elegantes.