Revista Diario

Nueva york (día cuatro)

Por Maltut

Vuelve a salir el sol por las tierras americanas y estamos en nuestro último día completo por aquellos lares. Se va notando que el viaje llega a su fin, y que son pocas las ganas de volver a nuestras casas. Y también son pocas las que tengo de continuar de escribir ésto.... Pero el show debe continuar:
A la derecha tenéis la tarta de queso que me zampe en el desayuno. Mis amigotes fueron mas clásicos y se pidieron los típicos huevos revueltos y las tortitas. Pero yo me tenia que comer esa tarta, quizás la pinta no diga mucho, pero que jodida cremosidad. Que sensación catártica en la boca, que gozada. La mejor que he comido sin duda. Ñam Ñam
Luego tocaba otro de los museos que faltaban. De los museos a los que íbamos era el que menos me apetecía. Mucha cosa que ver, pero la mayoría robado. Es el museo Metropolitan que tiene arte romano, griego, de Oceanía, francés, italiano, egipcio, etc... Muchas salas, y en definitivas muchas cosas que ver. Para variar nos separamos, pero esta vez más. Se crearon tres facciones, yo como de costumbre a mi rollo.
Es curioso que tengan allí tantas obras de arte que no les pertenecen. Aquí nuestro amigote Maltut nos puede dar alguna lección que otra de derecho internacional y explicar el problema en su gran extensión. Pero yo, desde mi desconocimiento tengo que decir que estas obras deberían estar en sus países. Ahí dejo eso.
Para aquellos que os quejáis de que no pongo fotos aquí os dejo esta instantánea. El del jersey amarillo soy yo. Primicia mundial. Tras acabar con el museo nos fuimos a Little Italy para comer pizzas de las más conocidas en NY. La pinta de esta primera pizza puede parecer un poco raro, pero hacerme caso, estaba deliciosa. Aún si me concentro puedo evocar ese sabor único. Esta pizza era de ajo y no se que leches mas. ¡Que rica estaba!
Y esta pizza era de albóndigas(por llamarles de alguna forma a las pelotas de carne esas) y trozos de tomate natural. Ésta sin duda fue mi preferida. Ainsssss Aquellos sabores chanquetes en la boca... Volvería únicamente por volverme a dar el homenaje que nos dimos este día en comida...
Luego dimos un pequeño paseo por Little Italy, y antes de darnos cuentas ya estabamos en China. Digo Chinatown...
Se supone que aquí es donde vas a comprar lo mas grande en souvenirs tirados de precio. Si, hay miles de cosas. Pero todas de una calidad de mierda. Puedes comprar alguna que otra cosa, pero las que de verdad merecen la pena no están aquí. No vamos a engañarnos a estas alturas de la historia. No digo que yo no comprase, pero solo digo que quizás es mejor no comprar tanto aquí y comprar menos cosas en otros sitios pero de mejor calidad. Es una pasada como vamos andando por Little Italy para darte de bruces con el barrio. Sigues pensando en tu interior que estás en NY pero que algo falla. Que demasiado chino hay suelto por aquí. Es increíble como han llegado a tomar el barrio, aunque ésto también está empezando a pasar en España. Nos dimos una vuelta hasta que todos habíamos comprado aquello que buscamos traer de recuerdo, y nos largamos para ir al
Rockfeller center. Que nos ni mas y menos lo que tenéis a vuestra derecha. Nuestro viaje no fue sencillo, hubo peleas de camino a la pista de hielo debido a discrepancias entre un compi y yo. Al final le hicimos caso y nos hizo dar la vuelta mas tonta del siglo. Yo tenia razón al decir que por ahí no se iba, pero a cabezón no nos gana nadie. Pero es lo que tiene el metro, que desorienta y no sabes por donde sales. Me quede sin probar las magdalenas de Magnolia Bakery (pastelería que sale en Sexo en NY), una pena pero después de lo que habíamos comido y de lo que nos esperaba a la noche no entraba nada entre pecho y espalda. Dimos una vuelta por la 5º avenida que pilla muy cerca del Rockefeller y para el hotel que tiramos. De camino yo no pude resistirme y empezar la nueva costumbre viajera que me he autoimpuesto. Os explico: he decidido que allá a donde vaya de viaje me tengo que traer un libro(en el idioma que sea) para que engruese mi colección. Serán recuerdos del viaje a los que pondré una dedicatoria para mi yo del futuro. Total, que nos paramos en una librería y tras quedarme alucinado con la cantidad de libros de ciencia ficción y lo baratos que son, me acabe comprando El rey pirata de R.A. Salvatore. Fijaos en la foto para ver la cantidad de libros que hay, y eso es solo una parte. Por el otro lado hay mas y faltan todos los libros en tapa dura que estaban en otro lado. Flipante. Dejamos las cosas compradas en el hotel y nos dirigimos al Blue Smoke. Donde comimos de lujo tras pasarse nuestra
reserva por el forro y hacernos esperar nuestros 20 min mientras íbamos viendo los distintos manjares que podíamos degustar. Ahí tenéis una foto de la hamburguesa que me zampe. Entro en un plis, una lastima. Estaba cojonuda.
Y como yo tengo otro estómago para los postres yo solo me meti lo siguiente: Los tres de la derecha fueron los mejores. Ésto fue un pecado en toda regla. De todo lo que comí pase una noche regular, pero el esfuerzo bien mereció la pena. Vuelta al hotel a pasar nuestra última noche. Una pena, el viaje toca a su fin.

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