Antes de empezar he recordado una cosa del día anterior que se me olvido comentar. Cuando comíamos el burrito me dio por abrir la mochila calada hasta el fondo y hurgar entre mis cosas, para ver lo que paralizo mi corazón unos segundos. Ahí estaban dos de las entradas de la NBA, completamente mojadas y pegadas una a la otra. Sentí una impotencia inimaginable, además de un autocastigo a mi mismo por despistarme. Había olvidado que las entradas estaban ahí dentro con toda la lluvia/nieve que caía . Volvimos al hotel para darles un poco con el secador. Quedaron un algo mal, pero lo sufientemente bien para que el código de barras siguiese intacto. Prosigamos:
Fijaos en la foto. Mientras dormíamos se oía que fuera nevaba así que me levanto para mirar como esta el día y nos encontramos con esta estampa. Al principio piensas: ¡Nieve! ¡Que guay! Vivo en Málaga y por aquí no nieva ni a la de tres. Así que hace ilusión, pero acto seguido la dura realidad te golpea y te recuerda que tienes que andar en estas condiciones. Te haces la ilusión de que hayan limpiado todo; según un compañero en NY limpian todo y no va haber problemas. Yo como casi siempre, con mi pesimismo digo que antes habrá que bajar y que dudo mucho de como va estar la calle. Efectivamente, está repleta de nieve.A veces odio tener razón... Desayunamos esta vez en el Dunkin Donuts.
No estoy dispuesto a sufrir otra vez el café, aunque sea de otro lado. Varios de nosotros pedimos chocolate caliente(no del todo malo), mientras a nuestras espaldas se va formando una cola. Ha sido una constante en el viaje. No por no disponer de los conocimientos de inglés suficientes, más bien porque éramos los únicos que se ponían a mirar los carteles. La gente allí iba a cosa hecha, ni miraba ni nada. Yo en cambio (asi como mis amigos) necesitábamos mirar los menús, las opciones y en esta ocasión concreta los donuts disponibles. Y aquí tengo que hacer una observación concluyente: Son mas baratos, pero es
la misma calidad y lo peor de todo la variedad, menor que en Málaga.
Toca el museo de historia natural junto al planetario. Tras salir del metro nos encontramos con las vistas al Central Park y la carretera cercana. Bonito, ¿verdad?Empieza la guerra de bolas de nieve tras mis insistencias de que no me apetece entrar mojado al museo. Me dejan al margen, por el momento... Ya más tarde a la salida empezaría la verdadera batalla. ¡¡Buajajajajajaja!!
El Museo es una autentica pasada. Pero vayamos por orden. Entramos por el planetario que está unido al museo. Y con la entrada teniamos incluido la entrada al show (no sé como llamarlo) del planetario. Tengo que admitir que se me pusieron los pelos de punta en numerosas ocasiones. Solo dos del grupo tenemos conocimientos de inglés para de verdad disfrutar de la experiencia. De hecho uno del grupo se quedo dormido (pero admitió que se despertaba cuando explotaba un sol o cosas así) y los otros dos al no entender dijeron que les hubiese gustado enterarse de lo que decían. Mi otro compi y yo en cambio disfrutamos de lo lindo. Lo narraba Whoopi Goldberg, y su voz transmitía la grandiosidad del espectáculo. La visión del viaje por las estrellas y la calidad del vídeo es asombrosa.Es algo digno de ver. Tras eso entramos en el propio museo de historia natural (también haré un especial, son muchas fotos y es pronto para aburriros con tanta foto)Pero por lo pronto os dejo con uno de los cacharros más grandes que allí había. La ballena nada más verla te deja con la boca abierta, no es para menos con el tamaño que tiene.
En el museo a grandes rasgos había una zona dedicada a la biodiverdad de la tierra, los mamíferos americanos, arte indio, rocas, minerales(sala preciosa pero en la cual nos obligamos a meter el turbo), homínidos varios y evolución humana, dinosaurios, fósiles de mamíferos, la exposición de la seda, que por falta de tiempo pasamos de ella un ratico...
Después de ver aquello, nos dirigimos a Central Park. Dispuestos a cruzarlo. Sin duda alguna ha sido una de las cosas más bonitas del viaje. El contraste de estar dentro de parque nevado y ver a lo lejos los edificios enormes no tenia precio. Íbamos viendo muñecos de nieve, gente con trineos, con raquetas, haciendo footing en pantalones cortos (están locos estos romanos americanos, ¡Por Tutatis!). -Vistas desde el museo-Teníamos en mente ir al siguiente museo, la nieve y el cielo indicaban que era la mejor alternativa, pero antes teníamos que meter algo entre pecho y espalda. Era una zona residencial el otro lado del parque asi que tras mi resistencia de andar muy lejos del parque fuimos en busca de algún sitio de comer. Menos mal que no me hicieron caso, que equivocado estaba. Nos encontramos de la nada un hamburguesería. No recuerdo el nombre, nos pareció desde fuera algo caro pero la zona tenia pinta de serlo. No queríamos andar más, por lo cual nos metimos. Todos pedimos hamburguesa, yo la pedí solo con queso tenia el estómago muy pesado y no quería arriesgar.
Una lástima, a medias. Las de mis compañeros tenían mejor pinta pero la mía también estaba de muerte. ¡Que manjar! Eso era una hamburguesa y lo demás son tonterías. Salimos de allí, no sin antes recibir el primer susto del viaje. Sale uno de los camareros corriendo tras nosotros pues uno de los compis se había dejado la mochila.He de pensar que fue por lo bien de estómago que estaba, había alcanzado el cielo con esos bocados divinos y se olvido del terrenal mundo y de sus posesiones. Muy majos los camareros; que eran mejicanos todo sea dicho. Si quieres allí no es necesario hablar inglés. La gente de servicio la mayoría habla castellano.
Retomando la salida de la hamburguesería vemos que ha salido el sol. Pensamos si dejar el museo e ir de compras al Soho. Yo hago presión al respecto. Tengo muchas ganas de ir de compras en esa zona. Quizás me equivoqué, después el tiempo empeoro y además que tuvimos poco tiempo de compras. Pero igual de no haber ido ese día no habría encontrado lo que tantas ganas tenia de comprar... jujujujuLlegamos al Soho y era tienda tras tienda. Muchas para tan poco tiempo en la ciudad. Nos dirigimos a Adidas Originals, sitio de parada obligatoria tras salir la colección de Star Wars. Llego y veo en una esquina la colección. Miro la sudadera que me interesa, y bien por mi. Hay de mi talla. Me queda genial. La camiseta que me gustaba no tiene mi talla. Solo XL para arriba... Toca acercarse a las zapatillas y hacer la estúpida pregunta de las Luke Skywalker. No tienen. Nada nuevo. Tienen las de Yoda, en directo no me acaban de convencer; las de soldado imperial (no me gustan las zapas en blanco) y las de Vader (en negro tampoco). Pago mi sudadera y mientras estoy pagando me pega un grito uno de mis compañeros. Le contesto y el de la caja me dice: ¿español? Entonces empieza una conversación entre él y yo. Hablamos sobre las Skywalker y me dice lo mismo que su compañero. Que nada de nada. En tres semanas reciben más parte de la colección que me pase para ver las nuevas. Solo estoy unos días le contesto. Termino de pagar, y me vuelvo con mis compañeros que están viendo el resto de zapas. Entonces se acerca el dependiente y me dice que acaba de caer en la cuenta de que en una tienda cercana de zapas les quedan dos números que si quiero puedo intentarlo allí. Me da la dirección; me resisto a hacerme ilusiones. Sabia que era difícil y no veo porque voy a tener suerte... Llegamos a la tienda mientras vuelve a nevar con fuerza (debíamos haber ido al museo pienso... Tonto de mi) En la entrada de la tienda tienen uno de los números, y en la balda otro. Pregunto que números es. Y ¡ZAS! En toda la boca. ¡¡¡¡Es mi jodido número!!!!! Me las pruebo entre nervios, me olvido de aflojarlas. No me entran. No me queda bien. Entonces aparece uno de mis compis y me dice como si fuese la cosa mas obvia del mundo: ¡Aflójalas! Me pongo mas rojo, que tonto. Me las pruebo. Entra sin problemas. Quizás oprime un poco. Llevo todo el día andando, y con calcetines gordos me tengo que recordar a mi mismo. Las compro aún con los nervios encima. Ahora ya friamente y tras probarmelas, quizás hubiese necesitado medio número más. Pero no lo tenían. Así que no puedo quejarme.Son mias al fin.
Mis compis compran zapas también. Para ellos mismos y para amigos. Yo tengo las que buscaba. No quiero comprar más. Aunque deberia haber mirado. No volvi a ver más zapas que me gustasen en el resto del viaje. Querría haber traido un par más. Salimos y nos vamos a una tienda de vaqueros. Tienen Levis. Al irrisorio precio de 28€. Compro dos. Uno de mis compis se compra uno, el resto compra sudaderas de la policía de NY. Muy chulas, pero yo no me las pondría (lo dice alguien que se va a poner unas zapas y sudadera de Star Wars...). Luego toca el Footlocker. Mis compis compran allí. Yo tengo mis zapas, nada más me importa. Tal es así que en un punto de tanto mirar en las tiendas me deje el gorro en algún sitio.
Ahora anécdota graciosa conmigo de protagonista. Veo tienda de Quicksilver y para allá que voy. Quiero comparar precios. Intento abrir la puerta. Nada. No responde. Veo una tia sentada en la tienda con bolsas, creo que me esta diciendo que es hacia fuera. Veo también a la dependienta doblando cosas. Vuelvo a tirar. Nada. Momento embarazoso. ¿Está cerrada o soy yo que no sabe abrirla? Me giro a uno de mis compis y le digo que me ayude. Tiene mil bolsas, no puede. Vuelvo a tirar y entonces la dependienta (que estaba muy buena) viene con cara de cabreo y me grita: It´s closed!!. Me voy con el rabo entre las piernas avergonzado, y con la risa de todos mis compañeros detrás.¿ Tan difícil era tener un cartel diciendo que estaba cerrado? Última tienda del Soho para la chica del grupo. Allí los 4 chicos damos vueltas desesperados. Yo el que más, quiero cosas para mi... Pero no puede ser todo..
Vuelta al hotel. Estamos reventados. Cogemos una pizza para todos, ¿o eso fue el día anterior? No consigo recordarlo. Y nos la llevamos a la habitación. Riquísima, pero no la mejor pizza. Ni mucho menos... Ya llegaremos a eso. Caigo fulminado en la cama, oigo las voces de mis compañeros. Yo duermo. Me rindo a Morfeo. Me despiertan a las horas para que me ponga el pijama. Vuelvo a Morfeo.