Revista Cocina
8 de noviembre
Hay veces que es difícil decidirse por una foto de inicio, bien por que no te gusta ninguna, o, como es el caso que te gustan todas, si además te habías quedado prendada del sitio donde las hiciste, más todavía, así que he decido
poner 5, aunque podría poner muchas más. Este lugar me impresionó por su belleza... llegamos de noche, había luna y ya intuí que el entorno era mágico... cuando muy tempranito levanté la cortina
de la caravana, comprobé que no me había equivocado; estaba amaneciendo y la marea baja... fue una gozada desayunar viendo como iba subiendo, y como el paisaje se transformaba.
Siempre conservaré en mi recuerdo la primera visión
mañanera de esa hermosa Bahía, vista desde un camping de Ruakaka, situado a la orilla del mar y con unas vistas privilegiadas... me costó irme de allí! Pero el viaje no había hecho más que empezar...
En la entrada del otro día nos habíamos quedado en Auckland. Desde allí nos dirigimos a Northland, una de las 16 regiones de Nueva Zelanda y a la que los neozelandeses llaman "el lejano norte".
Es una región llena de encanto con un terreno ondulado, que me recordó los dibujos infantiles; el verde lo domina todo, solo las manadas de animales le dan color, hay vacas de todos los colores, ovejas, ciervos, pavos; todos
pastando en libertad, la ganadería y la silvicultura son su principal actividad económica. Es la región menos urbanizada del país, donde solo cerca de la mitad de sus habitantes viven en la ciudad. Whangarei es la ciudad más grande.
La Cascadas de Whangarei, tienen fama de ser las más fotogénicas de Nueva Zelanda... no lo pongo en duda, pero hay muchas otras muy hermosas. Sin ir más lejos, a unos kilómetros nos encontramos las Haruru Falls, no son tan espectaculares, pero me han encantado.Comimos frente a Bay of Islands; una costa bañada por el Pacífico y con más de 150 islas, salpicando sus aguas turquesas. es un de los destinos turísticos por excelencia, desde que en 1930, se construyo la carretera que entre Northland y Aukland. A esta bahía llegaron los primeros europeos que se establecieron en el país. El primero fue el capitán Cook que visitó estas costas en 1789, poco después llegaron los primeros balleneros y en 1814 se fundó la primera misión.
En torno a la bahía hay ciudades históricas muy interesantes, en una de ellas, Kerikeri se conservan tres edificios emblemáticos:
el Stone store, la casa de piedra más antigua de Nueva Zelanda, (la mayoría de las edificaciones del país son de madera); el edificio de la segunda misión (de madera) que se estableció en el país, y la iglesia de St, James Church, construida en 1878 con maderas de árboles kauri y puriri. Del kauri hablamos en breve.
Acabamos el día contemplando una maravillosa puesta de sol sobre el Mar de Tasmania en la playa de las noventa millas y cargando las pilas para la inolvidable excursión que nos esperaba al día siguiente.
, 9 de noviembre
A las 9 de la mañana
nos recogió en el
camping el autobús que nos llevará al punto más al norte del país, Cabo Reinga que está situado a más de 100 km al norte de la ciudad más cercana. Hace un día primaveral y
el paisaje es precioso, contemplamos playas espectaculares, hermosas bahías y esas colinas onduladas como si las hubieran dibujado los niños.Cape Reinga es un lugar sagrado para los maories, según sus creencias desde este lugar, los espíritus de los muertos emprenden su viaje hasta Hawaiki (isla mágica donde los polinesios sitúan su origen)Desde un punto de vista más terrenal se considera el punto de separación entre el Mar de Tasmania en el oeste (a la izquierda del faro) y con el Océano Pacífico al este (derecha). Desde el faro es posible observar las corrientes de los dos mares chocando y creando una zona de aguas turbulentas.
La vuelta al punto de partida resultó de lo más entretenida, fue la primera vez que hice un viaje en autobús por la playa y vi practicar surf en una duna de arena.
Ninety Mile Beach, la playa de las noventa millas, es la más larga del país y constituye casi un desierto con dunas que alcanzan los 143 metros de altura al lado del mar, su arena es tan densa que por ella circulan coches y autobuses... fue una experiencia increíble!
Cuando llegamos al camping quedaban todavía unas horas de luz... como íbamos en plan caracol con la casa acuestas, decidimos adelantar camino, para estar más cerca de la visita del día siguiente, teníamos mas de medio deposito de gasoil, la primera gasolinera que vimos, estaba a la derecha (aquí se conduce por la izquierda), por tanto, decidimos esperar a la siguiente... era domingo y eran más de la cinco de la tarde... la siguiente gasolinera que encontramos, y la siguiente, y la siguiente... estaba cerradas, teníamos una más en el camino, pero como estaba en una población pequeña y sospechando que podía estar cerrada, decidimos desplazarnos a una población un poco más grande donde habría más posibilidades... pues no... también estaba cerrada... la mayoría cierra los domingos a las 5 de la tarde. Para adelantar camino cogimos un transbordador en donde hice esta foto del sol a punto de perderse en el horizonte... ¡ah..! Y no quedo otra que dormir al lado de la gasolinera... otra experiencia más!
10 de noviembrePor la mañana muy temprano inspeccionamos los horarios de la gasolinera, abría a la 8, y el supermercado a la 7,30... "...eso me hizo entender por lo que cierra todo tan temprano. Excepto los supermercados en las ciudades grandes, todo lo demás cierra a las 5 de la tarde..."
Y una vez llenada la pancita de nuestra caravana nos dirigimos al bosque de Waipoua, el hogar del Tane Mahuta, el señor del bosque, es el mayor árbol de kauri que existe en la actualidad (4,4 m de diámetro y 17,7 m de altura
hasta el nacimiento de la
primera rama). El kauri es una especie de conífera endémica del norte de la Isla Norte de Nueva Zelanda al norte de los 38º lat. S. Personalmente este árbol de la foto, ha sido una de las cosas que más me ha impresionado. Lo descubrí tras un corto paseo por un bosque a primera hora de la mañana, el sol se colaba por entre las ramas, solo se oía el canto de los pájaros, en el ambiente había como magia... y de pronto... aquella inmensidad de árbol... me quedé sobrecogida! En el mismo bosque quedan algunos más, pero nada comparable con el Tane Mahuta.
Estos árboles han sido muy importante en el desarrollo de Nueva Zelanda y tiene un importante museo: The Kauri Museum, al que dedicamos el resto de la mañana. Por la tarde tocó hacer millas para dirigirnos hacía el Sur...
Me ha costado muchísimo tiempo preparar esta entrada... un pinzamiento discal me mantiene a medio gas... por eso estoy tan ausente de la red estos días... estoy deseando volver a la normalidad... mientras tanto: ¡Feliz Navidad para todos!