Nueva Zelanda tiene Mercados GRATIS para luchar contra el desperdicio
Casi dos tercios de la comida que se produce en el mundo acaba en la basura. Estas toneladas de alimentos se pierden en todo el mundo por diversas razones.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), se estima que alrededor de 1.300 millones de toneladas de alimentos se pierden anualmente, al tiempo que millones de personas padecen hambre.
Pero en Wellington, Nueva Zelanda, una organización no gubernamental está haciendo su parte, recuperando y distribuyendo alimentos que de otra forma serían arrojados a la basura gratuitamente.
La llamada de Free Store (Mercado Gratis), es una tienda de comestibles que comenzó como un proyecto temporal, hace unos siete años, pensado por el artista Kim Paton.
Afortunadamente, la idea calo hondo y lo que era para durar dos semanas, se convirtió en una iniciativa permanente.
Hoy, la tienda llena sus estantes con alimentos excedentes de panaderías y supermercados.
¿Pero, cualquier persona puede llegar y llevar lo que quiera? Según el cofundador Benjamin Johnson, no hay ningún tipo de restricción. “No hay condiciones sobre quién puede llegar usar nuestro Mercado. No hay criterios. Cualquier persona puede venir por cualquier motivo y llevar lo que quiera “, asegura.
El mercado libre tiene el apoyo de voluntarios, donantes y alrededor de 65 proveedores, ubicados alrededor del centro de la ciudad de Wellington.
De acuerdo con Johnson, la Free Store distribuye entre 800 a 1.500 artículos alimenticios cada viernes entre las 18h y las 19h, con un promedio de cerca de 250 mil artículos alimentarios -; lo que equivale a un millón de dólares de alimentos ahorrados al año.
Cabe recordar también el desperdicio representa el 10% de las emisiones globales de la agricultura.
Un estudio del Instituto de Investigación sobre el Impacto Climático demostró que ese número puede aumentar de 0,5 a 2,5 gigatoneladas las emisiones de CO2e para 2050.
El Free Store ya tiene cuatro tiendas en toda Nueva Zelanda y piensa seguir expandiendo su modelo de voluntariados para poder seguir rescatando comida que otros tiran y luchando contra el hambre, el desperdicio y el cambio climático.
Este es un contenido original de Ecocosas