Revista Educación
Hace ya cerca de tres años que en este mismo blog (ver aquí) hicereferencia a las dificultades que teníamos para publicar un estudio sobre lasnuevas estructuras familiares que las universidades de Sevilla y El País Vasco,con la financiación de la Fundación BBVA, habíamos llevado a cabo. Pues bien,por fin, y tras muchas dificultades, la publicación ha visto la luz gracias alos servicios de publicaciones de ambas universidades.Como ya he tenido ocasión de comentar, se trata de unestudio centrado en el análisis de las características de seis tipos defamilias (tradicionales,monoparentales, reconstituidas, homoparentales, de embarazo múltiple yadoptivas) como contextos para el desarrollo y el bienestar infantil. Lainvestigación aporta una información muy interesante sobre las fortalezas ydebilidades de cada tipo de familia que puede resultar de interés para laintervención familiar.
Una de lasconclusiones más destacadas del estudio es que, contrariamente a lo que algunospiensan, las familias homoparentales representan contextos tan o más favorablespara el desarrollo infantil como las familias tradicionales. De nuestrosresultados no puede extraerse ningún dato que indique que estas familias puedansuponer algún tipo de riesgo para el bienestar de los niños y niñas que secrían en ellas. Muy al contrario, estos menores muestran unas excelentesindicadores de ajuste psicológico, lo que viene a coincidir con la cada vezmayor evidencia empírica disponible que sugiere que las dudas sobre laidoneidad de los matrimonios y parejas de gays y lesbianas para la crianza desus hijos e hijas obedecen sólo a prejuicios muy asentados.
Otro datointeresante es el referido a las dificultades que pueden atravesar algunasfamilias reconstituidas, formadas por parejas que deciden unirse con susrespectivos hijos provenientes de relaciones previas. Y es que formar una nueva familia no es unatarea fácil, y exige un enorme esfuerzo y un claro compromiso por parte de lanueva pareja. Tendrán que fortalecer su vínculo marital a la vez que renegocianlas relaciones con el padre no custodio; establecer relaciones con la familiaextensa; construir una nueva historia familiar sobre la previa; y, lo máscomplicado, iniciar unas nuevas relaciones entre el nuevo padre o madre y elmenor. Aunque muchas familias consiguen superar con éxito todas esas pruebas defuego,Requiere un clarocompromiso por parte de la nueva pareja. Y también un buen conocimiento sobrela etapa que van a afrontar y sobre cómo superar los retos que les esperan.
Aquí podéisencontrar la publicación
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