Revista Cultura y Ocio
No se me ocurre nada con el nueve. Nada nuevo con el nueve. Qué ridículo trabalenguas. Nueve. Nueve. Nueve. Nueve. Hace poco me enteré de que los números en los textos deben escribirse siempre con letra, a no ser que sea un número muy grande. Nunca escribiré un número muy grande como aniversario del blog, con suerte, sin artritis y si los blog siguen existiendo, a lo mejor llego a celebrar el aniversario cincuenta. Cincuenta con letra.
Nueve. Nueve. Nueve.
Number nine. Number nine. Number nine.
Me acuerdo de los viajes a Los Molinos escuchando a los Beatles y como cuando saltaba esta canción, le pedía a papá que la pasara, que era un rollo. Ahora que lo pienso, a lo mejor no le decía nada, solo lo pensaba. No se podían pasar las canciones, es posible que la escucháramos entera.
Abro Spotify y busco la canción. La escucho mientras miro por la ventana esperando que se me ocurra algo. ¿Y si no escribo nada? Nadie se daría cuenta. Yo sí, yo lo sabría, pensaría que le he fallado al nueve.
Seis minutos de canción que empiezan con un hombre repitiendo "number nine, number nine, number nine", y una melodía tocada en un piano. Se oyen voces al fondo, frases, palabras de personas que cuentas historias, trozos de vida, de noticias, palabras sueltas. La melodía es reconocible de vez en cuando, para que no te olvides de que estás escuchando una canción.
Nueve. Nueve. Nueve. No sé que decir.
Intento escribir el post mil seiscientos ochenta y uno para celebrar el número nuevo y, de repente, se me ocurre que el blog es como esa canción de los Beatles (pero son Yoko). Historias, personajes, anécdotas, libros, películas, canciones, sensaciones, noticias, críticas, sentimientos, alegría, dolor, pena inmensa, risas histéricas, humor, llanto, dolor, duelo, tonterías, lectores, comentaristas, amigos, amables desconocidos, anónimos agresivos, amantes, ideas y pensamientos son el rumor de fondo y lo que yo escribo, como cuento las cosas que (me) pasan es la melodía.
Gracias a todos.