Revista Cultura y Ocio
En cuanto vi entre las novedades de la editorial Demipage el libro Nuevo alfabeto ruso de Katia Metelizza, me lancé inmediatamente sobre él. Se trata de un libro que he disfrutado doblemente: su contenido es realmente interesante, pero es que además cuenta con un diseño muy cuidado de tapas duras con una preciosa portada e ilustraciones en su interior, además de una curiosa manera de estructurar los capítulos. Cada uno de ellos comienza con una palabra o grupo de palabras que contiene una letra del alfabeto, así, el primer capítulo se titula Aterrizando y el último Zebra, por lo que realmente nos encontramos con el alfabeto del que se habla en el título. El libro supone una recopilación de textos de la periodista rusa Katia Metelizza, quien ha colaborado en las redacciones de la RFI, la BBC y Radio Liber-té, además de escribir una columna para Vogue Rusia, Marie Claire y en el diario Nezavisimaya, de cuya sección Estilo de vida, se han extraído algunas de las crónicas que posteriormente se publicaron en cuatro recopilaciones: Abecedario de la vida, Amor, La barba de Papá y Kirchen, Küche, Kinder. Nuevo alfabeto ruso se compone de una selección de textos extraídos de los dos primeros libros.
Katia Metelizza
Con un gran sentido del humor, pero sin dejar de traslucir un claro tono de crítica social, la autora repasa lo que ha sido la vida cotidiana en la URSS, y el paso del régimen soviético al caótico capitalismo actual. A través de pequeños capítulos que podrían catalogarse de microrelatos, nos habla de la glorificación de la salchicha como alimento nacional (Santa salchicha), el absurdo corte anual de agua caliente durante la etapa soviética, las tiendas donde solo podían entrar extranjeros a comprar productos con los que los rusos no podían ni soñar, la Nostalgia de algunos por el viejo régimen o la acumulación de objetos inservibles y un tanto kitsch en las dachas (casas de campo). Asistimos de este modo a un recorrido histórico a través de la Rusia soviética y postsoviética, pero siempre desde la perspectiva de los propios ciudadanos, de sus propios problemas, de una niña que detesta las medias ásperas que le pone su madre y que sueña ya de joven con las de nailon muchísimo más caras e inaccesibles; de cómo, ya en pleno capitalismo, va a una tienda de delicatessen con una amiga, crítica de gastronomía, y encuentran productos de dudoso origen y poco apetecibles a precios de escándalo; de su suegra que no permite que se abra muchas veces la nevera, porque se estropea; en definitiva, del día a día de los ciudadanos, y cómo todos esos cambios políticos y sociales les han ido afectando. Se trata por ello de un libro muy ameno, de esos con los que se aprenden muchas cosas casi sin darnos cuenta, y que nos ayuda a comprender mejor lo que han debido ser semejantes cambios para la población rusa. Además, el hecho de que el libro esté estructurado en pequeños capítulos hace que su lectura sea aún más amena, yo he aprovechado trayectos en metro para leerlo, por no hablar del estilo directo e irónico de la autora que nos conduce a través de su infancia, juventud y madurez por los distintos estados por los que ha pasado su país. Me ha parecido especialmente esclarecedora la descripción que hace el filósofo y ensayista Vassili Rozanov de la Revolución rusa de 1917, aplicable también al fin de la URSS en 1991, y que se incluye en el epílogo del libro: "Una noche en el teatro. Tras la función, el público se apresura hasta el vestuario para recuperar sus abrigos de pieles y volver a casa, pero no los encuentran ni tampoco sus casas: todo ha salido ardiendo". Personalmente desconocía la mayoría de las cosas que se cuentan en este libro, por lo que ha supuesto ir saltando de sorpresa en sorpresa, y la oportunidad de conocer un poquito mejor Rusia y los cambios por los que ha pasado en los últimos años de una manera divertida y amena.
Nuevo alfabeto ruso
Texto: Katia Metelizza
Ilustraciones: Jean-François MartinEditorial: Demipage
Precio: 20 eurosPublicación: noviembre 2010