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En nuestra última semana en Jester House aprovechamos para ir a ver dunas gigantes a Golden Bay con nuestro flamante nuevo coche, que no coche nuevo. ¿Dunas en Nueva Zelanda? ¿Nuestro coche? Os hemos pillado, ahora no sabéis con qué sorprenderos más.
Vamos por partes. Nos hemos comprado un coche que revenderemos antes de irnos del país a ser posible por el mismo precio por el que lo hemos comprado. Esto no lo hemos inventado nosotros, es algo habitual entre la gente que tenemos visados de larga duración y la verdad es que es muy cómodo.
Nuestro bólido es un Hyundai Excel 1.5GL del año 1989 de color marrón metalizado aunque en los papeles dice que es dorado, como el Clío de nuestro amigo David. La dueña anterior era una señora mayor que desde que compró el coche, allá a principios de los noventa, forró todos los asientos con piel sintética de yeti gigante del Himalaya. Gracias a esto el interior (debajo de las pieles, evidentemente) está nuevo, lo cual es bueno.
En cuanto al proceso de compra, igualito que en España. Se hace el cambio de nombre de propietario por internet en menos de cinco minutos. Luego para oficializarlo el dueño antiguo lleva un papel a la oficina de correos y el dueño nuevo lleva otro papel a la oficina de correos, que no tiene por qué ser la misma ni hacerse en el mismo día. El coste de la gestión son nueve dólares, unos cinco euros. Como decíamos, igual que en España.
Una vez tuvimos el coche listo para circular (revisado y con seguro) nos fuimos a Golden Bay en donde visitamos el Farewell Spit y la playa de Wharariki.El Farewell Spit es una lengua de arena de 26 km de largo (la mayor de Nueva Zelanda) creada por la arena transportada por las corrientes que confluyen en la zona. Al lado oeste el mar es bastante movido en general, mientras que al este las aguas están más calmadas. El recorrido de la marea es de unos 6 km por lo que es habitual encontrar ballenas varadas. Nosotros sólo encontramos un par de guiris francesas.
Una vez pasadas unas horitas jugando con la arena en Farewell Spit (estábamos esperando a la marea baja) nos fuimos con Iva, una autoestopista de Aachen (Alemania), a la playa de Wharariki.
Una vez ahí Marina se lo pasó pipa rememorando viejos tiempos jugando con “la duna” en Boavista, Cabo Verde.
El encanto de Wharariki es que, en el pico de la marea baja, se puede caminar por entre grutas y rocas que el resto del tiempo están total o parcialmente sumergidas.
En cuanto a lo que respecta a nuestro último trabajo en Jester House, montamos una charranca en el jardín.
Steve y Judy encargaron a un señor que hace mosaicos que les hiciese una charranca con losas de hormigón y utilizase las tazas y platos rotos del café para el mosaico.
Una vez todo listo Marina y yo las pusimos en su sitio, con un poco de ayuda de Nick, el jardinero, porque las losas pesaban más que una vaca en brazos.
El Pez de MauiEl semidiós Maui es el protagonista de gran parte de los mitos y leyendas maorís. Un día decidió que quería ir a pescar con sus hermanos y utilizar así su anzuelo mágico, hecho con el hueso de la mandíbula de su abuelo.Sus hermanos no querían que Maui fuese con ellos, ya que al utilizar su anzuelo mágico siempre pescaba más que ellos. De todas formas Maui les “convenció” escondiéndose en la canoa y ensanchando el océano de tal manera que no se pudiese ver tierra firme cuando le pillasen. Una vez descubierto el pastel Maui comandó a sus hermanos hacia el punto del océano que quiso y les dijo que pescasen. La pesca fue tan buena que a las pocas horas tenían la canoa llena de peces, pero Maui les dijo que él todavía no había empezado su trabajo.Maui les dijo que él sólo necesitaba lanzar el anzuelo una vez para conseguir lo que quería. Sus hermanos no quisieron darle cebo así que Maui se golpeó la nariz violentamente; así pudo impregnar el anzuelo mágico con su propia sangre. Lanzó el anzuelo y quilómetros de sedal se deslizaron entre sus manos, hasta que de repente el anzuelo tocó algo. Resulta que el anzuelo se había enganchado en el marco de la puerta de la casa de Tonganui, el hijo del dios Mar. Maui tiró del sedal con todas sus fuerzas y la casa de Tonganui crujió hasta que se desprendió del fondo marino, llevándose con ella un gran pedazo de tierra. Maui cantó la canción que hace que las cosas pesadas sean más ligeras y logró llevar la casa de Tonganui a la superficie, con su correspondiente trozo de fondo marino, que emergió como un pez inmenso. Después de esto Maui dijo a sus hermanos que no hiciesen nada, ya que el dios Mar estaba enfadado y tenía que hacer las paces con él.El mundo que Maui había hecho emerger era liso y brillante, en su superficie había casas y algunas fogatas encendidas. Había pájaros cantarines y ríos con montones de agua. Al verlo, los hermanos de Maui empezaron a pelearse por ver quién era el dueño de estas nuevas tierras, por lo que se bajaron de la canoa y empezaron a correr por el pez de Maui, cortándolo en pedazos y golpeándolo para reclamar terrenos. El trozo de suelo marino, el Pez de Maui, sintió los aguijonazos y se estremeció, haciendo que su superficie dejase de ser lisa para convertirse en ondulada y áspera.Es por esto que el Pez de Maui tiene montañas, valles y acantilados en la costa. Esto pasó hace mucho tiempo, y el Pez de Maui, Te Ika a Maui, es la Isla Norte de Aotearoa, la Tierra de la Nube Blanca, o como lo conocemos nosotros, Nueva Zelanda.Ahora mismo estamos en Arthur’s Pass, donde pasaremos la próxima semana. Ha sido una pena dejar Jester House pero el viaje debe continuar. Eso sí, ahora bien pertrechados con nuestra nueva bolsa y manta para picnic y 2 kg de chocolate Whitakers que Judy y Steve nos regalaron como despedida. ¡Gracias! Enrique & Marina
Inglish version
On our last week at Jester House we finally went to see the giant dunes of Golden Bay with our new flashing car, which is not the same as a new car. Dunes in New Zealand? Our car? Aha! We got you, now you don’t know what’s more surprising.
Let’s go slowly. We’ve bought ourselves a car which we’ll re-sell before leaving the country so can get a good percentage back. That’s nothing new here, most of the working holiday makers do it and it’s pretty handy although you have to be careful not to get a piece of crap.
Our little rocket is a metallic brown Hyundai Excel 1.5GL from 1989 although the papers say it’s golden. The previous owner was an old lady who, as soon as she bought the car at the beginning of the 90’s, covered all the seats with fake giant Himalayan Yeti fluffy leather. Thus, the interior of the car (under all the fur) looks new, and that’s really good.
About the process to buy a car, exactly like in Spain where you even have to go to solicitor. In New Zealand they like making things simple. First you change the name of the owner on the internet in less than 5 minutes; we did that on the phone, though. Then the first owner takes a document to the post office (or traffic office) and the new one does the same with a different paper, but you don’t have to go to the same place neither the same day. The cost of the process in only 9 dollars and it’s just paid it as the new owner handles his documents in the post shop. All done! So, as we said, the same than Spain.
Once the car was ready to run (checked by a mechanic and insured) off we went to Golden Bay where we visited Farewell Spit and Wharariki beach.The sand carried by the marine currents that meet in the area have created a 26 km long spit (obviously, the longest in New Zealand). In the ocean part of the spit the water is generally very rough while in the inner part of it tends have a calmer sea. The tide covers a route of 6 km so they often find whales stranded in the beach. But we only found a couple of French girls in there.
After a few hours playing with the sand in the Farewell Spit (we were waiting for the low tide), we went with Iva, a German hitchhiker from Aachen, to the Wharariki beach.
There, I had great fun remembering great times playing in “the dune” at the Sal-Rei beach, in Boa Vista (Cape Verde).
However, what it’s really great about Wharariki is that during a short time on low tide you can walk through caves and corridors in the rocks that are totally or partially submerged the rest of the day.
Moreover, we had a last project to complete before leaving Jester House: we placed a cool hopscotch in the playground of the garden.
Steve and Judy ordered a local mosaic artist to make the numbers on concrete slaps using broken plates and mugs from the café.
After that, Enrique and I laid them on the grass with some help from Nick, the gardener, because they’re heavy as hell.
The fish of MauiThe half-god Maui is the main character of most Maori myths and legends. One day he decided to go fishing with his brothers and use his new magic hook, made with his grandfather’s jaw bone. Nevertheless, his brother didn’t want him to go with them, because Maui would use his magic hook and get all the fish. Anyway, Maui “convinced” them by hiding himself in their canoe and making the ocean very wide so, when he would get caught, shore would be too far to be seen. Once the trick was discovered, Maui led them to a particular point in the ocean and made them start fishing. The captures were so abundant that after only a few hours the canoe was completely packed with fish, but Maui said that he hadn’t started his job yet. Maui told them that he only needed to cast his line once to get what he wanted. His brothers didn’t want to share the bait with him, thus Maui strongly hit his own nose and started bleeding to use his own blood as bait for the hook. He casted kilometers of line until suddenly the hook touched something.His hook got stuck in Tonganui’s (God of the Sea’s son) front door frame. Maui pulled the line with all his strength and Tonganui’s house cracked and was released from the bottom of the sea, at the same time the building teared off a piece of land with it. But Maui sang the song that turns heavy things into light and brought Tonganui’s house to the surface including the block of seabed which emerged as a giant fish. Immediately, Maui told his brother to stay away from this new land (the seabed) because the God of the Ocean would be angry and he had to make peace with him. This just emerged world was flat and bright, in its surface there were houses and bonfires running. There were also singing birds and rivers full of clear water. When Maui’s brothers saw it, they start arguing about who will be the owner of the new land, they jumped out of the canoe and ran around Maui’s big fish. They cut it in pieces and hit it as they fought for the different properties. The poor seabed, Maui’s fish, felt the pain and shaked and by doing this its surface became wavy and rough. And this is the reason why Maui’s fish has got mountains, valleys and steep cliffs in the coast. That happened a long time ago, and Maui’s fish, Te Ika a Maui, is the North Island of Aotearoa, the Land of the Long White Cloud or New Zealand, as we commonly know it..Currently, we’re in Arthur’s Pass, where we’ll stay for the next week. It’s been really sad to leave Jester House but the show must go on. In this case, our trip. But now we’re better prepared for it with a new picnic blanket and bag and a 2 kg’s bag of Whitaker’s Dark Ghana that Steve and Judy gave us as a farewell present. Thanks so much! Enrique & Marina