Terminamos el anterior con un “que se jodan” y comenzamos con un “me importa un bledo”.
Un presidente que dice que acaba de encontrar la realidad y eso le impide gobernar como dios manda. Osea, con su programa. Ahora aplica el programa de Merkel, no el suyo. Sospechosamente son como dos gotas de agua, pero el cobarde siempre encuentra en escudo en el que parapetarse.
Un otoño caliente, prometen algunos. No se. Soy pesimista por culpa de la tibieza histórica. Porque ante el brutal ataque contra los derechos de los trabajadores me da la sensación que seguimos sin dar respuestas contundentes. Si. Contundencia.
Esto es una guerra y la vamos perdiendo.
Y no hay nada peor que la resignación.
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