Un estudio publicado esta semana en Nature Communications nos explica mejor cómo el sueño contribuye a la plasticidad cerebral: la capacidad de nuestro cerebro para cambiar y reorganizarse a sí mismo.
La investigación, realizada por científicos de las Universidades Humboldt y Charité de Berlín, en conjunto con Julie Seibt de la Universidad de Surrey, revela hallazgos importantes que podrían acortar el camino al desarrollo de nuevas técnicas de estimulación cerebral para pacientes con desórdenes cognitivos y de la memoria, como la demencia.
Los resultados del estudio indican que la actividad de las dendritas, células cerebrales responsables de retener la información nueva, aumenta cuando dormimos, lo que a sus vez corresponde a un incremento en las ondas cerebrales que, se piensa, son la clave en la formación de las memorias.
Sponsor exclusivo:“Nuestros cerebros son órganos asombrosos, tienen la habilidad para cambiar y adaptarse con base en nuestras experiencias. Es claro que dormir juega un papel importante en estos cambios adaptativos”, comenta Julie Seibt, autora principal del estudio y especialista en plasticidad.
Seibt sostiene que los husillos de sueño se han asociado con la formación de la memoria en los seres humanos durante mucho tiempo, pero nadie sabía lo que hacían en el cerebro. Ahora se sabe que, durante los husos, las vías específicas de las dendritas se activan, de modo que probablemente esto permita que nuestros recuerdos sean reforzados mientras dormimos.
Fuente: Psypost; Nature Communications