Un grupo de científicos en Australia ha creado un nuevo material, trabajado a escala nanométrica, que es capaz de ayudar a reducir de modo significativo las emisiones de dióxido de carbono (CO2) emitidas por las centrales eléctricas alimentadas con carbón.
El nuevo nanomaterial, obra del equipo de Christopher Sumby, de la Universidad de Adelaida en Australia, separa eficientemente el CO2 (principal causante del efecto invernadero) del nitrógeno, otro componente común de los desechos gaseosos liberados por las centrales eléctricas alimentadas con carbón. Esto podría simplificar de manera decisiva el trabajo de interceptar y almacenar el CO2, evitando su emisión a la atmósfera.
Una cantidad considerable de las emisiones mundiales de CO2 proviene de centrales eléctricas que funcionan quemando carbón. Retirar el CO2 de la mezcla de gases en el humo expelido por dichas centrales es el objetivo de muchos trabajos de investigación. Lo ideal es pasar a energías del todo limpias, como la solar o la eólica, pero en ausencia de ello, siempre es mejor reducir la contaminación de las energías sucias que seguir usándolas tal cual.
El equipo de Sumby ha producido un nuevo material ultraabsorbente, del tipo conocido como armazón organometálico (MOF, por sus siglas en inglés). El nuevo material tiene una remarcable capacidad para separar CO2 de nitrógeno. El material es similar a una esponja pero a escala nanométrica, tal como lo define el profesor Sumby. El material tiene pequeños poros en los que caben las moléculas del dióxido de carbono, mientras que las moléculas de nitrógeno, que son un poco más grandes, ya no caben. Así es como se realiza la separación.
Otros métodos de separación del CO2 del nitrógeno son caros y consumen mucha energía. Este nuevo material tiene el potencial de ser más eficiente energéticamente que los demás. Es fácil de regenerar (por extracción del CO2) para su reutilización, requiriéndose tan solo pequeños cambios de temperatura o presión.
En el trabajo de investigación y desarrollo también han intervenido Witold M. Bloch y Christian J. Doonan, de la Universidad de Adelaida, así como Ravichandar Babarao y Matthew R. Hill, de la división de Ciencia e Ingeniería de Materiales de la CSIRO (Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation) de Australia.
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