Por primera vez en 20 años, dos nuevas clases de medicamentos están disponibles para el tratamiento de la enfermedad renal diabética , la causa más común de insuficiencia renal. Ambos son extremadamente efectivos, seguros y relativamente asequibles. Sin embargo, muy pocas personas con enfermedad renal están usando estos medicamentos innovadores. Solo podemos desbloquear estos beneficios si los médicos, los pacientes y la comunidad en general tienen una mayor conciencia sobre la enfermedad renal y las herramientas que tenemos para combatirla.
Las opciones de tratamiento siguen siendo limitadas. La diálisis no ha progresado mucho en los últimos 50 años e implica estar conectado a una máquina de filtrado de sangre durante horas, varias veces por semana. El trasplante de riñón sigue siendo la única cura para la insuficiencia renal, pero solo es adecuado para algunos pacientes y el suministro de órganos de donantes es limitado. En los años 90, comenzamos a usar medicamentos para bajar la presión arterial, especialmente inhibidores de la ECA y bloqueadores de los receptores de angiotensina. Estos ayudaron, pero solo redujeron el riesgo de insuficiencia renal en aproximadamente un 20 %.
En los últimos años, todo ha cambiado. Tenemos dos nuevas clases de medicamentos, inhibidores de SGLT2 han sido pioneros en la identificación de sus beneficios. Los inhibidores de SGLT2 son probablemente el tratamiento individual más efectivo que tenemos, reduciendo el riesgo de insuficiencia renal entre un 30 % y un 40 %. Tienen una variedad de beneficios adicionales, que incluyen la reducción del riesgo de insuficiencia cardíaca y accidente cerebrovascular, la reducción de la presión arterial y la reducción de peso. Y son notablemente fáciles de tomar, solo una tableta una vez al día.
Otro medicamento llamado fineronona actualmente se está probando una amplia cartera de otros medicamentos potencialmente protectores de los riñones.
El desafío es crear conciencia sobre las nuevas armas en nuestro arsenal para combatir la enfermedad renal. La información sobre nuevos tratamientos puede tardar muchos años en llegar a la comunidad médica. Necesitamos comunicación entre gobiernos, investigadores y profesionales de la salud para comprender qué son estas nuevas herramientas y cómo se pueden utilizar mejor en el mundo real.
Si podemos aumentar la aceptación de estos medicamentos innovadores en personas con enfermedad renal , el aumento aterrador que hemos visto en la insuficiencia renal en las últimas décadas no solo debería estabilizarse, sino reducirse. Y eso conducirá a beneficios más amplios para las personas, sus comunidades y nuestra sociedad en su conjunto.
Información Proporcionada por la Universidad de Nueva Gales del Sur.
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