Erika
Hará unos treinta o cuarenta años, en el mundo marítimo determinadas banderas copaban el panorama de la flota mundial. La aparición de los registros abiertos o pabellones de conveniencia como Panamá, Bahamas, Liberia o cualquiera de las islas antillanas utilizadas al efecto, supuso un cambio de mentalidad en los Gobiernos de los estados ribereños y portuarios para modificar los esquemas de control de buques inseguros, en el argot técnico buques sub-estándar. De esta manera en el año 1982 surgió el llamado Memorandum de París para el control de buques extranjeros en aguas europeas. También en los EE.UU. se pusieron en marcha mecanismos parecidos de inspección. Todo esto viene a colación porque el 1 de Enero de este año estos mismos controles se han hecho más rigurosos, o al menos eso es lo que se pretende. Antes el objetivo era inspeccionar un sector de buques extranjeros en puertos nacionales cercano al 25% mientras que ahora se pretende llegar al 100% a nivel regional. Desde principios de año existe un nuevo régimen de inspecciones, conocido con las siglas en inglés NRI, el anterior factor de selección de buques a inspeccionar se reemplaza por el nuevo perfil de riesgo del buque. Los buques, esto es importante a nivel del conocimiento de este dato para los consignatarios, se dividirán en buques de bajo riesgo y buques de alto riesgo. En caso de que un buque no esté dentro de estos rankings porque no haya pasado aún una inspección, pasará a ser buque de riesgo estándar. Serán los tres años anteriores los que determinen la historia de seguridad de este buque y el que lo encasillará en su perfil y por tanto en las exigencias de controles por parte de la Administración. La edad del buque, la bandera de forma colectiva también marcará esta ratio, y el resto de los buques de la misma naviera al objeto de que los armadores se comprometan aún más con el cumplimiento de los convenios internacionales en materia de seguridad y prevención de la contaminación del mar. Realmente es un avance que deberá ser contrastado con las estadísticas de accidentes de los próximos años. No bastará solo con inspeccionar, lo más importante será generar una cultura de seguridad y de compromiso con el entorno marino. Esperemos que así sea.La columna de los lunes en Diario de Cádiz.