El 17 de marzo, la pequeña sonda espacial MESSENGER completó su principal misión para orbitar y observar el planeta Mercurio durante un año. Las variadas sorpresas halladas durante la misión han alterado completamente nuestra comprensión del planeta más interior del Sistema Solar. Como se informó en uno de los dos artículos publicados en Science Express, los científicos han descubierto que el núcleo de Mercurio, que ya se sospechaba ocupaba una fracción mayor del interior del planeta que los núcleos de La Tierra, Venus o Marte, es aún mayor de lo previsto. El documento complementario muestra que los rangos de elevación de Mercurio son mucho menores que en Marte o la Luna y hay pruebas acerca de que se han producido grandes cambios en la topografía de Mercurio desde las primeras fases de la historia geológica del planeta.
Los numerosos éxitos de la misión han permitido que se alargue otro año. “Durante el primer año de MESSENGER, las observaciones orbitales han dado una maravillosa cosecha de resultados”, dice el principal investigador de MESSENGER, Sean Solomon, del Instituto Carnegie y coautor de los dos artículos. “Desde la extraordinariamente dinámica magnetosfera y exosfera de Mercurio hasta la composición inesperadamente rica en componentes volátiles en su superficie e interior, nuestro vecino planetario interno nos parece ahora muy diferente de lo que imaginabamos tan sólo unos años atrás. El número y la diversidad de los nuevos hallazgos es presentado esta semana a la comunidad científica en estos documentos y en las presentaciones en la conferencia de esta semana de Ciencia Lunar y Planetaria, y proporcionarán una medida sorprendente de lo mucho que hemos aprendido hasta la fecha.”
El seguimiento por radio de la MESSENGER ha permitido al equipo científico desarrollar el primer modelo preciso de, campo de gravedad de Mercurio que, cuando se combina con los datos topográficos y de la rotación del planeta, arroja luz sobre la estructura interna del planeta, el espesor de su corteza, el tamaño y estado de su núcleo, y su historia tectónica y térmica.
El núcleo de Mercurio ocupa una gran parte del planeta, aproximadamente el 85% del radio del planeta, incluso más que las estimaciones previas. Debido al pequeño tamaño del planeta, en un tiempo muchos científicos pensaron que el interior debería haberse enfriado hasta el punto de que el núcleo fuera sólido. Sin embargo, sutiles movimientos dinámicos medidos desde la Tierra mediante radar, combinados con nuevos parámetros medidos por la MESSENGER del campo de gravedad y características del interior del campo magnético de Mercurio muestran que el planeta posee un núcleo activo, indicando que el núcleo del planeta es, al menos parcialmente, líquido.
El núcleo de Mercurio es diferente de cualquier otro núcleo planetario en el Sistema Solar. La Tierra tiene un núcleo metálico, líquido en las capas externas sobre un núcleo interno sólido. Mercurio parece tener una corteza sólida de silicato y un manto que recubre una capa sólida, sulfuro de hierro en el exterior del núcleo, una capa de núcleo más profunda líquida, y posiblemente un núcleo interno sólido. Estos resultados tienen implicaciones en la forma en que el campo magnético de Mercurio se genera y en la comprensión de cómo el planeta evolucionó térmicamente.
La topografía de un planeta puede revelar información fundamental acerca de su estructura interna y su evolución geológica y térmica. Observaciones realizadas con el Mercury Laser Altimeter de la MESSENGER han proporcionado el primer modelo preciso topográfico del hemisferio norte del planeta, de las marcas que lo caracterizan y de la rugosidad de la superficie en un rango de escalas espaciales. Desde su órbita excéntrica cerca de la órbita polar, el altímetro de la MESSENGER ilumina superficies tan anchas como de 15 a 100 metros, espaciados en unos 400 metros de distancia.
La difusión en las elevaciones es considerablemente menor que en Marte o la Luna. La característica más prominente es una extensa zona de tierras bajas en las altas latitudes del norte, que alberga llanuras del norte volcánicas. Dentro de esta región de tierras bajas existe un lugar amplio topográfico que se formó después de que las llanuras volcánicas fueran generadas.
En latitudes medias, las llanuras del interior de la Cuenca de impacto Caloris, de 1.550 kilómetros de diámetro, se han modificado de manera que parte del suelo de la cuenca ya está por encima del borde. La porción elevada parece ser parte de un aumento casi lineal que se extiende aproximadamente la mitad de la circunferencia planetaria en latitudes medias. Estas características implican que los grandes cambios en la topografía de Mercurio se produjeron después de la era de la formación y la cuenca de impacto de gran escala, cuando el emplazamiento de las llanuras volcánicas había terminado.
Estos y otros hallazgos más recientes de la sonda MESSENGER se presentarán en 57 trabajos presentados esta semana en la 43 ª Conferencia de Ciencia Lunar y Planetaria en The Woodlands, Texas.
Información proporcionada por la Institución Carnegie.
Enlace original: Mercury’s surprising core and landscape curiosities