Es evidente que, con la edad, nuestros movimientos se hacen más torpes, por cuestiones de fuerza y vitalidad. No podemos hacer los mismos ejercicios que en la juventud. Hacer deporte en la edad madura nos mantiene en forma. Cuando somos mayores debemos evitar los ejercicios violentos y demasiado largos.
Si los ejercicios producen fatiga o demasiado dolor, es que no son adecuados; hay que descansar y cambiarlos. Andar es el mejor ejercicio para gente mayor. Si no podemos hacer largas caminatas porque nos cansamos, hacemos varios paseos cortos, descansando entre paseo y paseo.
A esta edad la natación, montar en bicicleta, bailar o hacer yoga resultan actividades muy saludables. Cuando no podamos, una simple mecedora ayuda a evitar que los músculos se vuelvan rígidos y mantiene una buena circulación de la sangre, al mismo tiempo que obliga a hacer un ligero y agradable ejercicio.
Con algunos ejercicios suaves y sistemáticos podemos ayudar a nuestro cuerpo a mantenerse ágil. Otra alternativa es un simple estiramiento del cuerpo. Al despertarnos por la mañana, abrimos la boca con un bostezo ancho y movemos, lentamente y de forma gradual, cada parte del cuerpo, asegurándonos de que las articulaciones nos responden. Incluso podemos enumerarlas y así trabajamos la memoria.
También podemos cuidar un huerto o un jardín; así haremos un ejercicio ameno, agradable y productivo. Si cavar nos resulta excesivo, podemos buscar un aparato eléctrico para remover la tierra. Si vivimos en la ciudad, no es disculpa, podemos trabajar un huerto en macetas, en el balcón o en las ventanas.