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Nunca he sido perdedor, conversaciones con Raúl Naranjo

Publicado el 10 julio 2011 por Cluisa


Nunca he sido perdedor, conversaciones con Raúl Naranjo

Fotografías: Rebeca Fandiño
Los tacones de flores que me he puesto me alzan unos centímetros por encima de mi estatura, esto siempre me hace titubear, caminar con precaución, medir cada paso. Menos mal que no hay escaleras, pienso, cuando llego al edificio ubicado en la urbanización ” Los Caobos" de Caracas.
Las entrevistas son como todo en la vida, un azar, nunca se sabe que pasará. Siempre existen algunas “posibilidades” desagradables que enfrentar: que el entrevistado llegue tarde, o que seas tú el retardado, que olvides la grabadora, las pilas. En fin… mejor no sigo, el azar como decía Facundo Cabral “controla” todo, la estabilidad no existe. Afortunadamente, esta noche no pasa nada, junto a la reja me espera puntualmente Raúl Naranjo.

Nunca he sido perdedor, conversaciones con Raúl Naranjo
Las épocas también son parte del azar, lo mismo pudimos nacer en los 70, 80, o 60, en realidad eso no tiene mucha importancia para algunas cosas. Así que, da lo mismo que no entienda bien el relato que estoy escuchando, no puedo imaginar completamente las calles, la moda y la gente de esa Caracas de 1950 de la que me habla Raúl Naranjo.
Me cuesta imaginar todo, pero la música que “es la reina madre” como dice Fito (Páez), más allá de las épocas, se impone, trasciende los espacios del tiempo, con eso sí me conecto cuando elcantante comienza a hablar.
Comenzar por el principio

Raúl Naranjo tiene buena memoria, sus anécdotas llenan toda la conversación. Anécdotas sobre mujeres, amigos y una época, que aunque lejana, regresa en cada palabra que pronuncia esta noche, algo fría. Hace algún tiempo que vive solo, pues su mujer, con la que compartió más de treinta años de matrimonio, abandonó este mundo dejándolo en compañía de sus recuerdos. De su matrimonio con la actriz Eva Blanco habla poco, pero lo suficiente como para nombrar a su hijo, quien reside en México.

Como en la película de Cher “If These Walls Could Talk” (Si las paredes hablaran 1996), su casa ha visto muchos más sucesos de los que puede contar en los 47 años que lleva viviendo allí.Personajes como Monna Bell, Toña La Negra, Tin Tan, La Tongolele, Espartaco Santoni, Lucho Gatica, lo visitaban buscando amistad y música, ambas cosas prodigadas por el cantante en igual medida. Corrían los años 60 y “El Pirata de la canción” como era conocido, ya era un personaje que se movía a su aire en la música y la farándula nacional.
Nunca he sido perdedor, conversaciones con Raúl Naranjo
Naranjo responde con rapidez cada pregunta, tiene salidas para todo, así que puntualmente voy a lo que me interesa al indagar sobre sus inicios: “En esto de la música no me metí… me metió Álvaro Peñalver, tenía una revista que se llamaba Semana del crimen o algo así. Él era periodista, lo conocí en la Plaza Candelaria, porque allí pasábamos el tiempo, el grupito de esa época”. Ese grupito estaba conformado por Simón Díaz, Héctor Cabrera y él mismo.
El cantante, que sería conocido años después como “El pirata de la canción”, recuerda que fue Peñalver quien propició su acercamiento con Alfredo Sadel: “Él me dijo, si tú quieres entrar en esto entra, pero es difícil” relata.
De esos comienzos difíciles, como se lo pronosticó Sadel, rescata la alegría de su amistad con Héctor Cabrera. Ambos llegaron juntos a una de sus primeras oportunidades, en el Centro Canario, para vocalizar en compañía del maestro Juan Martin De Armas: “Él me llevó, vocalicé ese día pero estaba muy nervioso, entonces Héctor me dijo que al profesor no le había gustado, y me propuso ir el siguiente. Esa vez, para darme valor, me tomé dos rones. A los 9 meses Álvaro me llevó a la Feria de exposiciones de Venezuela en La Castellana. Fuimos Simón Díaz, Héctor Cabrera y yo, a hacer pruebas. Allí me dijeron: empiezas esta noche pero si no repites no cantas más, repetí y seguí cantando” me cuenta.
Fue en el año 1951 cuando comenzaría a cantar profesionalmente en la radio y en diferentes programas de la televisión nacional: El Show de Saume, El Show de las doce, El Show de Renny, Radio Caracas, Radio continente, Venevisión, y el Canal ocho.
Una de las anécdotas de sus comienzos la relata entre risas. La primera vez que los presentaron, a él y a Héctor Cabrera, invirtieron sus nombres: “El locutor nos presentó como Raúl Cabrera y Héctor Naranjo. Siempre andábamos juntos”.
Nunca he sido perdedor, conversaciones con Raúl Naranjo
El último café
Nadie sabe de dónde salen las canciones, la música es como el amor, llega sin motivos. Naranjo comenta que con sus canciones es algo más o menos así, la composición es un ejercicio cotidiano, se le ocurren ideas, melodías fundamentalmente relacionadas con las mujeres que ha conocido. Sin embargo, uno de sus éxitos no es de su autoría. En 1963, grabó el tango, “El ultimo café”, tema ganador de un Festival en Argentina. El tema fue cantado en versión de bolero por Tito Rodríguez. Cuenta que estando en Puerto Rico le cedió la canción al cantante puertorriqueño: “Le di la copia de la cinta, se la hice llegar, la pidió porque le gustaba. Yo lo grabé en Buenos Aires con la orquesta de Miguel Caló” rememora.
La noche en que Daniel Riolobos si cantó
Son casi las ocho, los tacones que llevo puestos ya me pesan, tengo ganas de quitármelos. Se ha hecho tarde rápidamente, la conversación me ha sustraído, he perdido el sentido del tiempo, recuerdo que a estas horas, en mi casa ya estoy desvistiéndome, quedándome en ropa interior preparándome para dormir. Pero bueno, esta es una noche diferente, la conversación con Naranjo me cambió los planes.
Construyendo un relato de su vida mentalmente, tratando de imaginar, llama mi atención cuando nombra a Daniel Riolobos, el cantante argentino prematuramente desaparecido: “Yo fui presidente de los artistas de la Asociación venezolana de la escena en el año 54 y a Riolobos no lo querían dejar presentar. El había cantado para Chapita (Rafael Leónidas Trujillo, el dictador de República Dominicana) en Santo Domingo, por eso Pérez Jiménez no quería quese presentara aquí.” me explica.
Naranjo cuenta que se las ingenió para llevar a feliz término la presentación de Riolobos, y que tiempo después, se encontró con Pérez Jiménez, a quien le gustaba escucharlo cantar, éste lo increpó sobre su participación en el asunto del cantante argentino: “Y yo le dije: Usted es presidente de Venezuela, pero yo soy presidente de los artistas, y por eso los defiendo”
Seguir Cantando
La carrera de Raúl Naranjo no se ha detenido, a pesar de que en 1985 se retiró por voluntad propia de los escenarios, hace 4 años que volvió al ruedo realizando presentaciones de todo tipo. Ha compartido escenario con El Trío Venezuela, para quienes compuso un sinfín de canciones. Se ha presentado acompañado por Jesús Rafael Pérez y Daniel Jiménez, compartiendo tarima con su colega Miguel Itriago. De hecho, hace más de un año publicó su último disco, “El ultimo café y otros éxitos”.
Su presencia la podemos disfrutar en festivales del bolero y conciertos organizados en distintos lugares de la ciudad. Dice que ahora su obsesión es interpretar, nada de dejar salir la voz como una ráfaga, tal como acostumbraba en su juventud. Ahora se enfoca en darle a cada canción el matiz adecuado: “Los compositores lo que quieren es que se les interprete sus canciones con el sentido exacto con el que las escribieron, es lo que yo intento hacer” afirma.
Cuando apago el grabador me dice que espera seguir presentándose, le sorprende que en estos tiempos ha recibido mejores elogios que a los 19, quizás esto se deba a que este no es un nuevo comienzo, si no la continuación de una historia que jamás se ha acabado: “Nunca he sido perdedor, donde he trabajado me han recibido bien” dice.

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