Nunca sufres por amor.
El sufrimiento es justamente lo contrario al amor, es ausencia de amor.
Sufres por tus expectativas, por tus ilusiones, por construir castillos en el aire.
Sufres porque has aprendido a esperar amor, en lugar de darlo.
Sufres porque no recuerdas que lo que buscas fuera de ti ya existe en tu interior, y te abandonas buscando otra fuente donde saciar tu sed.
Sufres porque te olvidas de mí.
Nunca sufres por amor.
El amor no precisa de tu sufrimiento así que deja de sufrir en vano.
El amor sólo precisa de tu total entrega a Él.
Sólo te pide que te sumerjas en sus aguas cristalinas y que invites a todos a acompañarte a este lago sagrado.
Nunca sufres por amor.
Nunca.
Y si ahora mismo crees que estás sufriendo por amor es porque te has olvidado que la Fuente del Amor brota de lo profundo de tu corazón.
Su caudal nunca se agota.
Así que deja ir lo que creías necesitar. Despide ese pensamiento de necesidad en tu mente con gratitud y sigue tu camino.
Sólo un pensamiento de confusión te mantenía preso.
Sólo un pensamiento de cordura puede liberarte.
Eres la Fuente del Amor, el manantial del que brota toda la belleza que ves a tu alrededor.
En ti nunca ha habido ni habrá un ápice de debilidad o de dolor.
No te conformes con menos que Todo, pues Todo te pertenece.
Hoy estoy aquí para decirte que no hace falta sufrir.
Y te lo susurraré al oído tantas veces como lo necesites escuchar hasta que ese recuerdo vaya calando hondo en tu alma: No es necesario sufrir.
Y luego te abrazaré despacio para consolarte y enjuagar tus lágrimas.
Deposita en mí hoy todo tu sufrimiento.
Déjalo ir.
Entrégate al Amor.
Descansa en su abrazo.
Únete a mí.
Y vuelve a sonreír.
~ J❤