Que nadie te diga que no puedes hacer algo.
Muchas veces pensamos que es imposible, y si otros te dicen que no vas a conseguirlo ya ni te cuento… Pero lo peor es cuando los de fuera te dicen que vas a lograrlo y tú por dentro sabes que no lo harás. ¿Por qué somos tan duros con nosotros mismos? Hace tiempo aprendí que si quieres conseguir algo, tienes que creer que puedes conseguirlo, y no puedes visualizarte en otro lugar que no sea en la meta.
Lo intentas una vez, y fracasas. Pero… ¿Y si lo intentas otra vez y triunfas? Pocas veces tenemos una segunda oportunidad para lograr algo… Por ejemplo, nunca hay una segunda oportunidad para causar una buena primera impresión.
Pero si tenemos una segunda oportunidad para triunfar no podemos dejarla escapar.
El otro día leí esto.
Estaba en un momento de bajón, después de un fracaso, y me supuso un enorme chute de energía el pensar, que con todo el tiempo que yo estaba invirtiendo en preparar ese dichoso examen que me estaba amargando la existencia, tenía que conseguirlo. Sólo por el hecho de los más de doscientos tests que había aprobado en todo ese tiempo.
Lo que me vino a la cabeza en el momento de ver el “NO APTO” (porque además te lo ponen en mayúsculas, y en rojo, por si no lo ves bien jajaja) no fue el hecho de haber suspendido, porque ya sabía que iba a pasar, me tocó el peor examen de todos; sino por el hecho de haber fallado a todas las personas que me dijeron que podía hacerlo. Y fallarme a mi misma porque después de todo el tiempo que le había dedicado, no había conseguido superar la prueba.
Ya sabéis lo que suele pasar en estos casos, primero lloras, yo en este caso de frustración y rabia de pensar que podía haberlo hecho mejor; pero los nervios a los que estas sometido en ese momento tampoco ayudan nada de nada…, y después me maldecía pensando que no iba a conseguirlo en la vida porque era una inútil… ¿Por qué somos tan crueles con nosotros mismos? Es que somos peores que los de nuestro alrededor…
Pasados unos días, creo que no soy ninguna inútil, y que gracias a todo el apoyo de la gente que me rodea, a mi profesor, y a mis ganas de hacer que el centro de exámenes de la dgt en Mostoles, deje de ser el tanatorio que es, sé que el día del examen lo voy a bordar y que voy a ser capaz de responder a todas las preguntas sin que me tiemblen las manos como la primera vez. La incertidumbre hacia lo desconocido también resulta ser un gran enemigo pero, una vez que conoces el juego, ya puedes ganar ¿no? ¡Yo voy a ganar!
Pd: Esto lo escribí cuatro días después de suspender el primer examen. Y esto es lo que hice para concienciarme de que podía conseguirlo a la segunda. Ahora puedo decir que he aprobado el segundo examen y que voy a por todas con el práctico
Mucho ánimo para los que lo necesitéis, y a los que no, tened en cuenta esto para ese momento en el que os pueda resultar útil. Espero haberos ayudado.