Revista Espiritualidad

Nyanaponika Maha Thera

Por Mira! @jorge_monedero

 

tercer ojo

Según la psicología buddhista, la unidireccionalidad o concentración de la mente tiene un efecto intensificador sobre la conciencia humana. La capacidad mental es aumentada por aquella y se amplía el alcance de la mente en extensión y profundidad. Tal aumento de la energía mental y la ampliación de su capacidad o alcance se hacen posibles, en primer lugar, porque a través de la concentración mental, la dispersión y el desgaste de energías mentales es reducida o enteramente detenida y estas energías pueden ser localizadas sobre los cometidos prácticos, intelectuales o espirituales elegidos por cada uno.

En segundo lugar, la concentración mental ensanchará considerablemente las funciones y facultades específicas de la mente, por ejemplo, el deseo, la dedicación a una tarea decidida, la inteligencia y perseverancia necesitadas para esta última, y demás. En tercer lugar, los conflictos internos y también algunos conflictos con el mundo exterior tendrán una mejor oportunidad de ser resueltos cuando una mente bien concentrada pueda discernir la causa de dichos conflictos, lo que es una condición indispensable para restaurar la armonía.

Ciertamente, estos poderes de concentración pueden ser obtenidos y desarrollados por la meditación y el yoga y pueden ser una fuerza muy beneficiosa para la integración de la mente y el carácter; pueden coordinar las facultades mentales para una actividad más eficaz y pueden integrar y estabilizar las emociones para construir caracteres armónicos.

Pero debe ser bien comprendido que la unidireccionalidad o concentración de la mente por sí misma es moral y espiritualmente neutra. La unidireccionalidad de la mente puede también servir de parte a parte para propósitos perjudiciales: perjudiciales tanto para uno mismo como para los demás. La historia y la psicología (tanto como la psicopatología) están llenas de ejemplos alertadores. En tales casos negativos, la unidireccionalidad se dirige únicamente a limitadas intensiones egoístas o ideas ilusorias, y todas las demás facultades elevadas de la propia mente y los aspectos de la propia vida se están dejando totalmente incontrolados. En tales condiciones, la unidireccionalidad de la mente puede haber sido no una influencia integradora, sino desintegradora sobre el carácter.

La concentración de la mente tendrá un impacto integrador sobre la mente y el carácter solamente si está ligada con la verdadera conducta humana (moralidad) y con la sabiduría. Estos tres elementos –conducta moral, concentración y sabiduría– son tres aspectos o divisiones del Noble Sendero Óctuple, mostrado por el Buddha, el Iluminado, como el camino hacia la liberación última del sufrimiento, conflicto y maldad. La cooperación de los tres es necesaria para alcanzar esa elevada meta y ellos se ayudan y soportan el uno al otro. Por separado serán mucho menos efectivos y estarán siempre en peligro de ser debilitados o enteramente perdidos. Por tanto, los tres, conducta moral, concentración y sabiduría, siempre que haya una oportunidad para ello deben ir unidos. Es a través de la atención mental como podemos descubrir o crear, en nuestras vidas, más y más de tales oportunidades y hacer buen uso de ellas para nuestro crecimiento interior en ese triple aspecto. Pero aparte de tal atención mental para buscar esas oportunidades, se requiere la atención mental en el cultivo de cada uno de los tres factores. La conducta moral es ayudada por una atención autocontrolada; la concentración se beneficia por la atención de la mente sin distracción para la elección de la meditación, y la sabiduría se ayuda por la atención enfocada del penetrante «ojo interno» que ve a través de todas las ilusiones y revela la realidad tal y como es.

De esta y de otras maneras la fuerza integradora de la concentración es ensanchada y profundizada por la Atención Mental Correcta (esto es, correctamente dirigida), de la cual el Buddha dijo que es «un ayudante en todas partes».

Nyāṇaponika Thera «La Genuina Enseñanza del Buda» Kier, Buenos Aires, 1980.

El Venerable Nyanaponika Thera (1901-94) fue un buddhista Theravada europeo pionero, nacido en Hanauam-Main, Alemania, en una familia judía. Se convirtió al budismo por libros, cuando vivía en Silesia. a la edad de 21 años, viajó a Berlín y encontró a otros budistas alemanes, formando un grupo de estudios budistas en Konigsberg. En 1937 fue ordenado como un bhikkhu, siendo discípulo del gran maestro y erudito Nyanatiloka, fue encarcelado como enemigo en Dhehra Dun, en el norte de India.

En 1951 viaja a Alemania con Nyanatiloka Mahathera. Después de 1952 fue residente del Hermitaje del Bosque, Kandy, Sri Lanka. En 1958-84 fue fundador y editor de la Sociedad de Publicaciones Budistas (BPS) es uno de los más grandes especialistas contemporáneos en  Satipatthana Sutta (Atencion Mental) y meditación.


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