En la vida, estamos continuamente tomando decisiones.
Muchas de estas decisiones las hacemos de forma automática sin apenas darnos cuenta: si decidimos desayunar por la mañana o no, si vamos al trabajo en coche o en bus, si se almuerza fuera de la oficina o se come de tartera,……
Leemos y conducimos de forma automática sin necesidad de pensar en cada una de las subactividades que conlleva.
No necesitamos de ningún método para decidir qué hacemos: somos nosotros mismos quienes lo decidimos en el momento.
Entonces, ¿por qué somos tan reacios a tomar decisiones con nuestra vida?
Los propósitos que la gente se pone al comenzar el año (muchas veces los mismos, un año tras otro) se olvidan al cabo de semanas. ¿Por pereza?, sinceramente, creo que pocas veces sea la pereza. Es porque nos falta motivación o fuerza de voluntad. Porque no estamos comprometidos con el objetivo o porque al cabo del tiempo se ha reflexionado y hemos cambiado de idea abandonando el objetivo.
¿Qué necesitas para adquirir un nuevo hábito y conseguir tu objetivo?
- DECIDE - Reflexiona sobre qué nuevas tareas deseas adquirir (qué nuevos hábitos, qué deseas cambiar de tu comportamiento,…) y solamente escoge de entre ellas a dos únicamente. También es importante que tu objetivo sea personal o que el conseguirlo a ti te aporte algún beneficio. No te comprometas a perder kilos sólo porque es lo que la gente de tu alrededor desea sino porque es lo que TÚ quieres. ¿Siempre has deseado hacer teatro o aprender a tocar el saxofón?. ¿Y ya has decidido cuando lo vas a hacer?. Si estas cosas nunca te las marcas como objetivos, sólo quedaran en eso, en sueños, en algo etéreo.
- FOCALIZATE - Escogidos los pocos objetivos que quieres conseguir, oblígate a hacerlos durante un mes. Sin excusas. Fíjate un objetivo. Olvídate (por el momento) de realizar planes mas allá de un mes. Concéntrate (COMPROMETETE) en tu objetivo por el plazo de un mes (CONSTANCIA). Ten bien claro cual es tu foco y no lamentes desandar lo andado si te has apartado del rumbo inicial. Rectifica el rumbo cuando lo veas necesario porque a donde te quieres dirigir es hacia los objetivos donde tienes puesto el ojo.
- REFLEXIONA - Al terminar el mes, vuelves a plantearte si sigues con este objetivo (a lo mejor piensas que es mucho trabajo para la recompensa que vas a tener, o te has fijado un nuevo objetivo para ti más importante). Si has dedicado tiempo a un objetivo que tenías definido no es tiempo perdido.
- OBJETIVOS BIEN DEFINIDOS - Sé Específico. No fijes objetivos vagos. Fija objetivos concretos y bien delimitados. No te fijes algo tan amplio como “Hacer más deporte” sino en algo como “Salir a correr 2 días a la semana y aguantar de seguido 10 minutos. Si no aguanto corriendo los 10 minutos de seguido, caminaré lo más rápido que me permita mi respiración pero nunca abandonaré hasta haber completado los 10 minutos del día” . Lo más difícil es ponerse las zapatillas (EMPEZAR) para comenzar a correr.
- REALISTAS - Sé realista. No te impongas como objetivos “Conseguir la paz mundial o Erradicar el hambre en el planeta”. Sabes bien, que todo proyecto grande se puede realizar siempre que lo dividas en proyectos mas pequeños. La paz mundial la puedes conseguir si empiezas por ti y contagias ese virus a otros interesados. Tampoco eres realista si de sopetón te marcas muchos nuevos objetivos cuando ni dispones del tiempo ni de la vitalidad para encomendarte a ellos.
- Y POR ESCRITO -Deja los objetivos plasmados por escrito. Ahora que estás convencido que vas a realizar este nuevo hábito, que estás en lo alto de la motivación, deja por escrito lo que quieres conseguir. Te servirá muchísimo releerlo cuando notes que tu voluntad flaquea. Te recuerdo que te está prohibido abandonar la actividad por un mes.
Para cumplir cualquier propósito, objetivo, necesitas de :
- COMPROMISO: ¿Qué es realmente lo que deseas?. Si lo quieres, lo vas a hacer. Eres capaz de hacer una tarea, al menos, durante un mes. Hazla durante un mes y después ya decide si continúas con ella. Es una forma de conocerte a ti mismo y a los límites que te impones.
- CONSTANCIA: Trabaja, descansa, disfruta.. y vuelta a empezar pero no abandones el objetivo que te has propuesto. Sería tirar la toalla y convencerte (falsamente) que no eres capaz de conseguir ni éste ni ningún otro.
- FLEXIBILIDAD: No todos los días trabajarás igual de bien. Tenemos que aspirar a ser benévolos con otros y por tanto también con nosotros mismos. ¿Que tu cuerpo pide echarte todo tu ser en el sofá?, ¿se lo merece?, adelante, tírate en plancha a regodearte y retozar en el sofá. No pasa nada si algún día no te sale la totalidad del trabajo que tenías planeado o no te pones las zapatillas para salir a correr. Sé comprensivo contigo mismo. Incluso Superman hace de humano la mayoría de las veces……
Nadie ha dicho que sea fácil esforzarse por unos objetivos, por una meta, pero si lo quieres, realmente lo vas a lograr, te demostrarás que puedes con esto y con más. Visualiza desde ya lo bien que te vas a sentir cuando los consigas: te dará fuerzas para continuar cuando tu objetivos flaqueen.
Acabo: te has comprometido a hacer uno o dos objetivos por el plazo (sólo) de un mes. Habrás empezado muy motivado y con la felicidad de ir cada día cumpliéndolos, habrá días que por algún motivo no hayas podido trabajar en ellos pero lo has retomado al día siguiente y no los has abandonado como hacías antes. Cuando termine el mes (otros dicen 100 días) recapacitarás si por lo que has estado peleando de verdad te merece la pena (a lo mejor al cabo del mes, has dejado de estar tan interesado en “fumar menos” o “en ser más productivo”) y decidirás si continuar con éste objetivo o escoger uno nuevo. ¡Lo poderoso que te sentirás cuando veas que ese objetivo que, en principio, tanto te costaba lo tienes ya casi conseguido!; pensarás “¿Quien me impide hacer cualquier otra cosa?”.
(Y gracias a Quino por ser filósofo, trabajador y darnos una vida mejor)Archivado en: Productividad