DO: Rioja
Bodega: Iñiguez de Mendoza
Variedad: 100% Tempranillo
Graduación: 13%
Precio: alrededor de 12 euros
Cuando empecé a preparar mi viaje a La Rioja de Semana Santa, contacté con algunas bodegas a las que sigo en las Redes Sociales, con distinto resultado. Una de las personas que más entusiasta se mostró con la idea de recibir nuestra visita fue Jone Crespo, de Bodegas Iñiguez de Mendoza, en Laguardia. Se aseguró de que supiera que la suya era una bodega pequeña…y eso era precisamente lo que más me atraía !!
Al final, la visita no pudo ser por temas laborales, pero me quedé con ganas. Así que, cuando me encontré con su vino crianza en una enoteca de Laguardia…tenía que probarlo !
Bodegas Iñiguez de Mendoza es un proyecto joven, que ha decidido posicionarse con un diseño original, en botella y en la etiqueta. Realmente, es algo que destaca entre el resto de botellas, siguiendo la tendencia actual de llamar la atención en el punto de venta, donde una botella de vino se “pelea” con cientos de otras botellas para conseguir ser la elegida por el consumidor. Desde luego hay que reconocer que la botella elegida, una de estilo bordelés llamada Vittoria, y la combinación de colores de la etiqueta, resulta muy elegante.
Para elaborar este vino, se utilizan viñas de una edad alrededor de 30 años, situadas en el entorno de Laguardia, el corazón de la Rioja alavesa. A una altura media de 500 metros, las uvas maduran lenta y pausadamente, y la oscilación térmica entre el día y la noche es la adecuada para favorecer la maduración y evitar en lo posible enfermedades.
Vendimia manual, selección de uvas, despalillado, y fermentación en depósitos de acero inoxidable, a temperatura controlada entre 26º y 28º durante unos 15 días. La fermentación maloláctica también la realizó en depósitos de acero inoxidable, y luego redondeó su crianza en barricas de roble (85% americano, 15% francés) durante 12 meses.
El resultado es un vino de un bonito color cereza, de capa media, con el ribete granate, limpio, brillante y con una lágrima muy viva. En nariz, un aroma limpio, intenso y elegante a fruta roja madura, a compota, un toque especiado. Llegado el momento de probarlo, es un vino con un buen paso por boca, de entrada suave, sedoso, con los taninos muy bien integrados y una buena acidez, que le garantiza todavía evolución en la botella. Deja un posgusto medio muy agradable, de nuevo vuelve la fruta en compota.
Un vino original, distinto desde la botella, no es un Rioja típico, si te dejas atraer por su diseño exterior, te gustará el interior, seguro…desde luego, con nosotros funcionó !
Miren, queda pendiente esa visita cuando volvamos por Rioja !