FOTO: Facebook Juan Oliphant / Ocean Ramsey
(DOCE). Ocean Ramsay es una modelo de 27 años con una figura que le haría pasar por actriz de Hollywood, pero su nombre se ha dado a conocer por un motivo bien distinto: jugarse la vida buceando junto a tiburones blancos, los mayores depredadores marinos, como iniciativa para la preservación de esta especie.
“Quiero contribuir a disipar el miedo irracional de la gente hacia los tiburones y difundir cuál es su comportamiento real y su decisivo papel en el ecosistema marino”, dijo Ramsay en una entrevista con Efe. “Los estamos exterminando. El ser humano sólo protege lo que ama, y sólo ama lo que entiende. La gente no entiende a los tiburones. Quiero cambiar eso”, añadió.
Esta residente de Oahu (Hawai) afronta su cuarto año haciendo estas actividades con todo tipo de tiburones por todo el mundo -admite haberse zambullido con 32 especies-, pero su misión logró notoriedad cuando un vídeo en YouTube, que cuenta con casi 2 millones de reproducciones y muestra su encuentro en octubre con estos animales en las aguas de Baja California (México), puso su historia en el punto de mira de los medios.
Desde entonces esta conservacionista y profesora de buceo, que detalla todas sus iniciativas desde la página web Waterinspired.com, ha sido bautizada por los medios como “la mujer que susurra a los tiburones”, un apodo que no le convence del todo porque quiere dejar claro que no trata de “entrenar a animales salvajes”.
“La gente no ve a los tiburones como yo. Su visión es completamente irreal. Sus experiencias se basan en lo que ven en la televisión o el cine. Es muy fácil demonizarlos. Yo viajo, estudio y me esfuerzo por comprender su comportamiento y estudiar cómo se relacionan. Me dedico a ello. Casi nada de eso se ha compartido con el gran público”, afirmó.
En el video se aprecia a Ramsay, que asegura ser capaz de mantener la respiración bajo el agua cerca de seis minutos, completamente relajada y sin protección alguna, buceando agarrada de la aleta dorsal de estos peces de más de cinco metros y feroces mandíbulas.
Su reto es demostrar que los escualos poco tienen que ver con la imagen agresiva que les acompaña desde que Steven Spielberg provocara pesadillas y terror al agua con su película “Tiburón” (“Jaws”, 1975).
“Quiero desterrar mitos. “Tiburón” es una película, una producción de Hollywood. No es la realidad. Ni siquiera la reflejan esos supuestos documentales donde esperan a los tiburones en jaulas y les alimentan para mostrar sus fauces. Todo eso está preparado, pero es lo único que se muestra. Percibo interés de la gente en superar ese miedo”, apuntó.
Varias especies de escualos, incluidos el tiburón ballena, el blanco y el martillo, están en peligro de extinción, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Se estima que quedan menos de 400 tiburones blancos en el Pacífico norte, menos de 3.500 en el mundo entero y que desaparecen unos 100 millones de escualos al año por sobrepesca.
“Están en peligro de extinción y la gente no lo sabe. Ojalá la gente contribuya en la lucha por su preservación”, indicó.
“Hay un instinto humano natural que te hace sentir respeto por sus capacidades, pero la calma la he conseguido tras años y años buceando con ellos. Además, siempre procuramos que los encuentros sean en condiciones óptimas de visibilidad”, apuntó.
Como ella misma resume, la mejor parte de esa interacción es comprobar la reacción del tiburón a su presencia.
“Cruzar la mirada con ellos es una experiencia increíble. El momento el que te reconoce, te mira, te siente… hace que tus sentidos estén a flor de piel. Cuando vuelvo al barco me siento triste pensando que tal vez sea la última vez que les vea”, concluyó.
EFE