Revista Salud y Bienestar
El cáncer es una enfermedad con un nombre común y muchos apellidos. Posiblemente no somos muy conscientes de ello. De hecho metemos la palabra cáncer en un cajón de sastre muy variopinto que contiene una gran variabilidad de comportamientos. Desde un tiempo acá los apellidos del cáncer importan. Y mucho. Los apellidos son los que nos dan las pistas acerca de sus características individuales y su respuesta a los tratamientos.
Este es en resumen de lo que consiste el tratamiento personalizado del cáncer, en conocer exactamente todos y cada uno de sus apellidos. Posiblemente dentro de unos años sea más sencillo clasificar a los tumores por sus características genómicas que por su localización anatómica, por lo que hay tumores de distintas localizaciones que se parecen más entre sí, en cuanto a comportamiento y respuesta al tratamiento, que entre los que están situados en la misma ubicación corporal. Por poner un ejemplo claro, un tumor de mama con receptores hormonales positivos es muy diferente a uno con receptores hormonales negativos y lo mismo ocurre si además expresa el antígeno HER2 o no. También puede ocurrir que un cáncer de pulmón y uno de páncreas se parezcan mucho entre sí genéticamente hablando y el tratamiento que precisen sea el mismo.
Este nuevo conocimiento nos lleva a un cambio de paradigma en el tratamiento del cáncer. La complejidad en la clasificación anátomo-patológica es cada vez mayor y pronto asistiremos a la necesidad de tener casi todos en nuestros equipos no sólo a patólogos, sino también a biólogos moleculares que nos indiquen una mejor interpretación de los resultados para tomar decisiones y entender por qué dos tumores aparentemente similares incluso bajo el microscopio se comportan de un modo que no esperábamos. Hasta ahora nuestras decisiones se basan en la descripción de ese fotograma concreto del tumor y a partir de ahí reproducíamos por el análisis estadístico de los diferentes grupos de tumores una hipótesis más o menos clara de su comportamiento futuro. La biología molecular nos introduce en un mundo nuevo, donde es posible ver más fotogramas de la película y en consecuencia ser más precisos en el diagnóstico, pronóstico y tratamiento.
En las fases avanzadas de la enfermedad de algunos tumores se han conseguido avances también, proporcionando en algunos casos una cronicidad de la enfermedad con diferentes opciones de tratamiento. La introducción de las biopsias líquidas, es un ejemplo de ello pues gracias a ellas se conoce mejor la variabilidad evolutiva de ciertos tumores que les ha llevado a la diseminación metastásica.
Así pues, hablar de cáncer es ya demasiado inespecífico y genérico por lo que debemos concienciarnos de que todos los apellidos del mismo son cada vez más importantes. Recomiendo a los pacientes que traten de no comparar su enfermedad con la de ningún otro paciente, por similar que sea el caso y trate de pensar que como él es único e irrepetible. La personalización de los tratamientos no es ya una quimera de futuro, es ya afortunadamente una realidad del presente.
Les dejo con este video del Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca que habla de Genética y Cáncer.
https://www.youtube.com/watch?v=4jPXTm8Xi8g