Odiarnos no funciona – @IstarCollado

Sé que hoy no es mañana y que mañana pensaré de otra manera. No por suerte, sino por supervivencia.
La vida es injusta a veces. “Desde tu punto de vista”, dirás. Pues no.
Siempre he creído en las personas, y hasta a ti, que mira cómo me has tratado, te he dado muchas, oportunidades. He tenido en mis manos la oportunidad de vengarme, de una manera sencilla; y lo he pensado, lo he barajado, pero nunca lo he hecho. Y creo que es que no sabría hacerlo. No tengo eso que tienes tú, y en momentos como éste, siento rabia y desearía tenerlo, ser como tú. También sé que mañana, y no por supervivencia, sino por suerte, no lo desearé.
No todo, porque las casualidades también existen, pero mucho de lo que tengo, me lo he ganado a pulso, sin pisar ni menospreciar a nadie, y he visto en innumerables ocasiones progresar y llegar más lejos de lo que he llegado yo a personas que se lo han currado. Y ¿Sabes qué? Que me he alegrado por ellos, me he alegrado sinceramente. Sin embargo tú, te has reconcomido de rabia, no has dormido pensando mi éxito y maquinando planes para acabar conmigo. Tú ni sabes lo que es eso.
La vida da muchas vueltas, y ahora ha dado una en la que has salido victorioso. Enhorabuena. Ya has conseguido eso que tanto querías y que te quitaba el sueño. No voy a decir cuántos años has estado intentándolo y cuántas veces te ha salido mal porque nadie se lo creería. Ya es tuyo, toma, quédatelo. Has ¿ganado? No lo sé, dímelo tú.
Has dedicado tu vida a conseguir algo que yo tenía, pero que por si no lo sabes, yo te lo digo, no le daba ni un cuarto de la importancia que al parecer le das tú. No sé si sabes que jugando limpio, es muy difícil “ganar”.
Mientras tú te devanabas los sesos pensando en lo que ibas a intentar al día siguiente, yo disfrutaba de mi tiempo con mi familia. Mientras tú me criticabas con esos a los que llamas amigos pero en realidad no son más que peones de tu partida de ajedrez, yo me reía a carcajadas con mis amigas. Mientras tú maquinabas, analizabas cada uno de mis pasos, de mis decisiones, para ponerlas en tela de juicio, yo disfrutaba de una cerveza en mi terraza sin ninguna otra preocupación que hacer las cosas bien, como siempre he intentado hacerlas.
Todo el tiempo que has gastado tú en odiarme, yo lo he empleado en querer, en mimar, en comprender, en aprender, en disfrutar, en tratar de mejorar. EN VIVIR.
Nunca has tenido cabida en mi vida, porque mi vida no está vacía al contrario que la tuya; Porque mi vida, tiene miles de cosas que la llenan nada día. Y estas líneas son las primeras y las últimas que te dedico. En realidad, son un regalo, pero no vas a saber usarlo.

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