Tras el mes dedicado a Santa Águeda, retomo ahora la serie de artículos que publiqué a finales de los años 90 en la Revista Páginas de Segovia. Por el momento ya han visto la luz en su versión digital cinco artículos y el sexto está dedicado a los Boticarios, un oficio cuya denominación ha variado, puesto que hoy en día son conocidos como farmacéuticos. Su origen histórico se fija a finales del siglo XVI, puesto que Felipe II reguló esta profesión para diferenciarlos de los médicos, pero en 1511 el segoviano Andrés Laguna ya tradujo una de las obras más importantes, De materia médica, firmada por Dioscórides en el siglo I de nuestra era y considerado uno de los títulos más importantes de la historia de la farmacopea.
Su interés dentro de los oficios tradicionales radica en los secretos guardados en la botica: además de recetas para fabricar ungüentos y cremas calmantes, como las compuestas para curar los ojos, los boticarios poseían todo tipo de artilugios con los que sanar a los clientes o vecinos del lugar.
En el siguiente enlace puedes leer el artículo titulado: El quehacer del Boticario, en la rebotica con el granatario.