Opinión personal:
Hacía tiempo que sentía curiosidad por este autor y quería leerme algo suyo. Ni en librerías ni bibliotecas me había topado directamente con ninguna de sus obras y, como tampoco las estaba buscando conscientemente, nunca surgió la oportunidad de leerlas. Hasta que la semana pasada fui al Celsius y coincidió que Francesc Miralles iba a estar allí, así que agarré este libro en una de las casetas, fui a sus charlas, lo llevé para que me lo firmara y me lo empecé a leer (aunque no necesariamente en este orden, fui intercalando lectura de por medio).
Resumiendo: que al final he acabado devorando sus páginas.
Daniel es un hombre que acaba de estrenar sus treinta años cuando su novia, con la que se iba a casar, le abandona y, de pronto, su vida se empieza a desmoronar. De repente de da cuenta de que su vida es una línea recta de la que no se ha desviado en ningún momento: buena carrera, buen trabajo, buena casa, buena posición. Lo único que quizá se ha resentido en todos esos años es su vida sentimental.Pero, ahora, ¿qué pasa con todo eso? ¿De verdad merece la pena?Ni él mismo lo sabe, pero, después de descubrir las canciones de Eva Winter, una misteriosa cantante afincada en París que parece cantar sobre la propia biografía de Daniel, decide viajar a París para descubrir algo más sobre ella. Y, de paso, sobre él mismo.
Por ahora no parece una obra juvenil. En efecto, no lo es. Pero sí es una novela sobre el descubrimiento de los sentimientos y de las locuras que en la vida se pueden hacer por ellos como excusa, algo que sí es mucho de esta edad adolescente.
Daniel es un personaje bastante tierno, perdido entre su vida perfecta, sin saber muy bien qué hacer con ella. Tiene buen corazón y acaba siempre metido en líos que no son los suyos, lo que despierta un cariño hacia él, pero a veces esta compasión raya la que se puede sentir por un perro callejero apaleado.
Por otro lado, no sé muy bien que pensar de Eva Winter. Ella sí que es un verdadero perro apaleado, pero no tiene esa capacidad de empatía que te asalta con Daniel. Sí, es cierto, la pobre lo ha pasado muy mal. Pero yo no acabo de dejar de verla como un niña tonta que persigue un sueño imposible, arrastrando a todo aquel que se le acerca por donde ella quiere para conseguir estar un paso más cerca de su objetivo. Que nunca llega. Y así, de cabeza, arrastra al protagonista de esta historia, que siente hacia ella n instinto de protección que yo nunca he acabado de ver claro. No sé, quizá sea yo la insensible.
Pero, a pesar de las pocas pegas que le he puesto, me ha gustado mucho esta historia.
Es corta, simple y cargada de sentimientos con los que tepuedes sentir identificado. Miralles tiene un estilo muy fluido, que te lleva de una escena a otra del mismo modo que te pasea suavemente por los pensamientos y reflexiones de sus personajes, lo que hace que el lector también se llegue a preguntar sobre estas cuestiones vitales.Porque, aunque Daniel me saque unos cuantos años, sí que se plantea interrogantes que también me afectan a mí, y creo que también a la mayoría de nosotros. ¿De verdad lo más importante es el futuro, una carrera, un trabajo? ¿O merece la pena dejarse llevar?
Y todo esto con canciones preciosas de por medio, y con letras que encajan a la perfección. Después de leer este libro, no he podido dejar de escuchar la canción que le da título: Wish you were here, de Pink Floyd.
Valoración:
Cita del libro:
“Wish you were here”
Nos leemos ^^
Ana