Revista Espiritualidad

“OJALA TE ENAMORES” (Parte II)

Por Srigangamata @SRIGANGAMATA

Y qué es el Amor?
Ah noooo….
Esa definición viene con trampa.
Porque hay un amor por cada uno de los que ama.

Sin embargo hay algunas cosas valiosas para construir mirada al momento de declararnos EN-AMORADOS
Lo primero, un poquito de ontología y el final de un mito que he escuchado hasta el cansancio y que confunde.

Existe una falsa teoría de la etimología de la palabra amor :

Se la define como palabra compuesta  proveniente del latín  “a” significa “sin” y “mor” sería “mortem” que significa “Muerte”, entonces,
Asi, Amor querría si significar: “sin muerte”  Eternidad.

EH?!!!
a VER….

El prefijo de negación -a no viene del latín, viene del griego, por lo que no tiene nada que ver con la negación de una palabra latina así que es una construcción errónea, tanto para el griego, como para el latín.

En términos correctos debería ser:

A  Thanatos (sin Muerte)
o
In Mortem …  (ídem)
y ese lo conocemos, es el que  da origen, correctamente al ´termino inmortal.

Otra “Teoría” dice que amor es compuesto que significa “Sin Amo” es decir “Libre”
Ni me explayo por no ponerme cargosa (más) el mismo error que funda a la teoría anterior funda a esta así que lo demás se entiende solo.

La palabra “AMOR” viene del latín ….”amor”.
De ahí también las palabras amorío, amoroso, desamorado, enamorado, amigo y su antónimo enemigo, amante, etc.

La  raíz indoeuropea  amma (voz infantil para llamar a la madre), que da el verbo latino “amare” (amar, dar caricias tan genuina como de madre, en origen) y también a la palabra “Amistad”.
De la raíz de “amare” más el sufijo -or (efecto o resultado, como en calor, dolor, fervor, etc.), tenemos el nombre de resultado AMOR.

Es por esto que no tiene conexión real con ‘mort’ muerte y mucho menos con ‘amo

El AMOR, (de pareja,  por circunscribirnos al tema que da inicio a esta reflexión, no por minimizarlo)

Es un entrega abierta, pura, desde la abundancia de todo lo que Soy y me comparto y no desde la carencia, todo lo que No Soy y te pido que completes.
Es un cotidiano, una vocación, una militancia del segundo a segundo, la imperceptible disposición para la distancia justa, es tiempo, entrega mutua, “cuidar”, es plenitud, una tregua en la inercia del individualismo colectivo para dar o esperar sin pedir, sin sentir que nos deben.

Amar es una decisión, un salto a lo desconocido a lo inasible, es el coraje de atreverse a la transformación, a ser distintos ahora que somos en otro, y que otro se constituye en nosotros.

Es un acto supremo, un acercamiento sin igual a nuestra divinidad inmanente.

Así, el simple hecho de estar plenamente presente ante alguien es un acto de amor,  amor comprometido, amor que permanece, una llama que no se apaga, que está basada en la voluntad misma de amar y produce profundidad emocional ya tiene una vocación de continuidad (que se debe sostenerse y alimentarse, claro) que lo hace capaz de navegar las contingencias e incertidumbres, cambiando, adaptándose, pero siempre vivo.

El fluido combustible del AMOR es la DIVINIDAD,  Dios en cada uno de los integrantes que se reencuentra consigo mismo en la multiplicidad complementaria de aspectos celebrándose, reconociéndose y experimentándose.

No se trata de un pasional tormentoso, una epitimia ciega y enajenada.
Muy por el contrario, se trata del sentimiento que nos abre los ojos hasta la clarividencia, nos despeja la mente de juicios y estructuras condicionantes y nos recrea el paraíso, retornándonos a unos estados de primigenia “desnudez”, puros, plenos, naturales.

Es, en términos griegos, la reunión balanceada (según el balance particular de aquellos que componen el conjunto amoroso) entre “Eros” el amor sensual, relacionado con los apegos carnales aunque no se refiere siempre a lo sensual, sino incluye la idea de anhelar unirse con el ser amado y el deseo de poseerlo.
Y el “Agape” un amor desinteresado, de entrega que tiene la capacidad de dar o mantenerse dando sin esperar nada a cambio.

En “El jardín de los senderos que se bifurcan” De J.L. Broges aparecen estas frases:
“-En una adivinanza cuyo tema es el ajedrez, ¿cuál es la única palabra prohibida? -
Reflexioné un momento y repuse:
-La palabra ajedrez-“

Hemos vapuleado, bastardeado, deformado la palabra AMOR  hasta hacerle perder todo el sentido.

Hasta convertirlo en un destino anual de rojo y San Valentines,  en la estación de paso antes del arrivo al eterno divorcio, en la consecuencia ineludible de la lista correcta de adquisiciones y posesiones, en la interpretación patriarcal que tiñe los maltratos con colores pasteles, en la declaración de guerra de un femenino que lo quiere libre, aunque ni sepa  para qué lo quiere, en la edulcorada fábula sin continuidad de los finales felices que oculta los comienzos reales.

Tal vez, para reencontrarnos con el gran misterio, con la experiencia trascendente del AMOR necesitemos retirar la palabra de la adivinanza, para darle entidad, para motivar la búsqueda.

No hay palabra que no agote su semiología.
Quizá para que la palabra conserve el valor total de su potencia, sea necesario reservarla para casos específicos, siendo precisos, claros y honestos  en la valoración de los fenómenos que nos atraviesan.

El enamoramiento, no es  EL AMOR,
el erotismo no es EL MAOR,
el sentimiento de una pareja no es EL AMOR

TAL VEZ COMO TODO ES AMOR
NADA ES “EL AMOR” …

Y así, la palabra recupere la fuerza incontrastable de los reencuentros inesperados…

“OJALÁ QUE TE ENAMORES”

Qué bueno que el que creó la maldición estuviera tan encerrado en sus miedos,
que no fuera capaz de darse cuenta el tipo de bendición que promulgaba.

Además, son las grandes experiencias lo que marcan la diferencia entre respirar y estar vivo.
Si de todos modos nos vamos a morir, que sea de vida.

ENAMORATE!!!

De ti,
De la vida,
Del otro,
De tu biología,
De tu divinidad,
De tu carnalidad,
De tu espiritualidad,
De tu logos,
De tu silencio,
De tu Presente…

NO TE PIERDAS LA OPORTUNIDAD DE EXPERIMENTAR EL AMOR
NO TE PIERDAS LA OPORTUNIDAD DE EXPERIENTAR
NO TE PIERDAS LA OPORTUNIDAD
NO TE PIERDAS

NAMO VHA

Autora: Sri Ganga Mata
(Todos los Derechos Reservados)

Nota:
Cuando hablo de no esperar a cambio no hablo de la posición obsesiva en el que dar se vuelve un modo de manipulación, más auto erótica que afectiva, hablo de no tener al Amor como bien de cambio, sino entregado en una danza de reciprocidades nutricias y enriquecedoras.


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