Revista Fútbol

Ojo con el diablo

Publicado el 03 junio 2010 por Elacertijo
OJO CON EL DIABLO

En esta pido la colaboración de todos los motivados que puedan manejar el tema. No entiendo este asunto de los barrabrava que, en el mismo avión abordado por los integrantes de la Selección Argentina, llegaron a Sudáfrica. ¿Alguien conoce como funcionan y para qué, estos bravucones?.

Estoy lleno de interrogantes. ¿Maradona por que los bancaría? ¿Y Bilardo? Digo, Don Julio, ¿tendrá algo que ver y con qué objetivo?

Me ubico en la política, ¿serán punteros premiados?

¿Son tipos que se bancan solos?

¿Qué hacen espiando por los cercos del predio de Pretoria donde entrena la selección?

Los pasajes, la estadía y las entradas significan una erogación enorme de dinero. Esto se agrava por la cantidad de días antes de radicación.

Hoy estoy apelando a quién sepa algo, pues intuyo que oficialmente nunca habrá respuestas. Hasta ahora todos se desligan, haciéndose olímpicamente los pelotudos. La verdad es que están ahí y se sabe que son barras. ¿A la Justicia le interesará el caso? Las autoridades nacionales, hoy metidas en el mundo fútbol, por la sociedad con la AFA, ¿no tendrán curiosidad? Admitamos –más allá del acontecimiento deportivo- se trata de una delegación oficial de la Argentina, con uso de símbolos y plena representatividad.

Investigar, no ha de ser difícil. Vas a la compañía Aérea y averiguás como fueron adquiridos los pasajes. Luego, la Policía Federal puede informar sobre los pasaportes. Los registros de propiedad tienen la data sobre la situación patrimonial. Los Bancos y la AFIP tienen a todo el mundo marcado. Ahí es donde se conocen actividades y el origen de las disponibilidades. Aparte, un Monotributista no creo que se banque un mes en Sudáfrica, ¿no?.

Declaró Maradona que el grupo está espectacular, con 23 fieras hambrientas esperando la acción. Estamos mejor que nunca, dicen. Todas las buenas condiciones estarían dadas para el éxito.

La aparición de los barras y en el marco en que lo hicieron mancha ese buen clima. Hace temer sobre maniobras oscuras. Las dudas nos quitan un poquito de ilusión. Y si pensamos en las consecuencias que puedan producirse por algún accionar que no vislumbro, uufff.

Por favor, no tentemos al Diablo, porque siempre mete la cola.

Omar Cerieldín
Columnista Especial

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