Revista Cultura y Ocio

Oksa Pollock y el bosque de los perdidos, de Anne Plichota y Cendrine Wolf

Publicado el 09 mayo 2012 por Goizeder Lamariano Martín
Oksa Pollock y el bosque de los perdidos, de Anne Plichota y Cendrine Wolf Título: Oksa Pollock y el bosque de los perdidos Autoras: Anne Plichota y Cendrine Wolf
Editorial: Planeta
Año de publicación: 2012
Páginas: 461
ISBN: 9788408004035
Después de sorprenderme y disfrutar con Oksa Pollock y el descubrimiento de Edefia, hace ya unas semanas recibí en casa, sin previo aviso, un paquete de la editorial Planeta. Cuando lo abrí me encontré con este libro: Oksa Pollock y el bosque de los perdidos, la segunda parte de la saga. Para mí fue toda una sorpresa. En primer lugar, porque no lo había pedido y en segundo, porque ni siquiera sabía que se había publicado.

Ahora por fin he encontrado el momento de leerlo. Sabía lo que me iba a encontrar en su interior: magia, fantasía, aventuras, peligros, traiciones, intriga, tensión. En definitiva, una novela juvenil de fantasía, ligera, fácil de leer que, sin embargo, entretiene y divierte mucho. O al menos conmigo lo consigue. Creo que ahí está la clave. En saber qué nos puede ofrecer un libro como este, en tener claro qué nos va a dar y qué no.
Tras un primer libro introductorio, en el que se nos presentó a Oksa Pollock, su familia, sus amigos, sus compañeros de colegio y, sobre todo, el mágico mundo de Edefia, este segundo libro es mucho más dinámico, con más acción, más tramas, con mucha menos descripción y más narración. En definitiva, mucho más activo.

Y eso ayuda mucho a que lo leamos casi sin darnos cuenta, ya que la historia engancha desde el principio y las páginas se devoran para saber qué les depara el futuro a Oksa y a todos los demás desbandados que solo piensan en que no los descubran, en escapar del entorno de Orton McGraw y, por encima de todo, en encontrar el camino de vuelta a Edefia.
Gus, el inseparable amigo de Oksa, desaparece en el colegio de St. Proximus. Con la ayuda de su familia, la joven descubrirá que Gus ha sido encuadrado, ha sido víctima de una especie de hechizo mágico. Está atrapado en el interior de un cuadro, en medio del bosque de los perdidos. Para lograr rescatarlo, los desbandados primero tienen que conseguir el cuadro y luego, introducirse en él para encontrar a Gus y traerlo de vuelta. Sin embargo, las cosas no van a ser tan rápidas, fáciles o sencillas como parece a simple vista. El interior del cuadro es como un videojuego. Está formado por distintas etapas, a cada cual más peligrosa, más sorprendente, más amenazante y más hostil que la anterior. Los desbandados deberán intentar atravesar todas esas etapas, sin perder a nadie por el camino, para llegar a las murallas de piedra que protegen la fortaleza de las malhechoras. Ellas son las culpables de que dentro de ese cuadro toda la magia y el poder de Edefia se haya vuelto en contra de los desbandados.

Y también son las responsables de que el escarbacorazones, el centro del encuadramiento, el alma del interior del cuadro y del bosque de los perdidos, se haya vuelto loco. Ya no distingue el bien del mal. Ya no sabe qué es justo y qué es injusto. Ya no sabe qué es correcto o incorrecto. Ya no es un buen juez.

Antes, en el pasado, en Edefia, los encuadramientos se utilizaban como cárcel, como condena de los asesinos. Los condenados debían vagar por el bosque de los perdidos hasta encontrarse con ellos mismos, reflexionar, recapacitar, arrepentirse y, finalmente, ser juzgados por el escarbacorazones, el juez supremo.

Sin embargo, ahora el escarbacorazones no es más que una amenaza para los desbandados, la más fuerte, la más peligrosa que, al mismo tiempo, también es la única que posee la llave, la clave para salir del bosque con vida y regresar a Londres, a la casa de la abuela Dragomira, el refugio de todos los desbandados.

Unos desbandados, Dragomira, Oksa, Marie, Pavel, Leomido, Abakum, Gus, Pierre, Jeanne, Brume, Naftali, Tugdual, Reminiscens y Zoe que tendrán que mantenerse más unidos que nunca si quieren superar todos los peligros y las amenazas que les acechan en el bosque y, sobre todo, fuera de él, en Londres, en la propia casa de los Pollock, pero también en el resto del país y en todo el mundo. Saben que están en peligro, se sienten más amenazados y más vulnerables que nunca, más frágiles, no se sienten a salvo en ninguna parte. Solo en Edefia. Pero, ¿dónde está Edefia, cuándo lograrán volver?

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