Revista Indie / Folk

Oldies But Goldies: The dB’s – Stands for Decibels

Por Homeboy

Oldies But Goldies: The dB’s – Stands for Decibels

The dB’s han influenciado a una gran multitud de grupos – R.E.M., Teenage Fanclub o Yo La Tengo los han nombrado como una de sus principales fuentes de inspiración -, pero por alguna extraña razón, su trascendencia no ha sido tan grande como la de The Feelies (banda de la que bebieron bastante en este disco) o la de sus amigos de Big Star. Supongo que tampoco se amoldaban demasiado a los estandartes del power-pop de principio de los ochenta, aunque la verdad es que The Feelies tampoco eran muy comerciales, y es una de las bandas que más admiración recoge de aquellos años.

La banda Chris Stamey – también fundador de Car Records, el sello que edito el único single de Chris Bell en solitario (esa maravilla llamada I Am The Cosmos) – apenas duró una década y solo saco cuatro discos, pero en esos ocho años conquistaron por completo a la crítica estadounidense. Este primer trabajo de la banda de Nueva York, es el típico que aparece en todas las listas de los mejores discos de los ochenta, y con razón, ya que es una autentica enciclopedia del power-pop y la new wave de aquellos años.

Oldies But Goldies: The dB’s – Stands for Decibels

Stand For Decibels tiene ese sonido tan característico de aquella época, en la que una gran cantidad de bandas fusionaban la energía punk, con las melodías new wave, y las guitarras más power-pop, para acabar haciendo discos tan grandiosos como este, o el Murmur de R.E.M. Eso sí, también hay que decir que estos muchas veces hacían canciones más complejas, donde los extraños cambios de ritmo se juntaban con una notable influencia de sus amigos de Television o los Talking Heads.

El primer corte del disco es el ejemplo perfecto de lo que comentaba antes, y es una forma inmejorable de comenzar un disco. Su energía y ese toque pop, te meten en su mundo a las primeras de cambio – es uno de esos discos que merece la pena tener en vinilo -, pero a la segunda ya te descolocan: Dynamite se aleja bastante del power-pop, con un ritmo casi bailable y la voz de Stamey sonando como si fuese el mismísimo David Byrne. A lo largo de todo este trabajo, hay más sorpresas de este tipo como She’s Not Worried, donde se acercan a los Beatles; The Fight, que es una autentica macarrada o Cycles Per Second en la que tiran de africanismo gracias a una base rítmica que sería la envidia de cualquier grupo actual.

Lejos de estas rarezas, no deja de ser un disco de power-pop lleno de grandes canciones, y es que en este tipo de temas no fallan: Bad Reputation, Big Brown Eyes, I’m In Love o la preciosa Judy – esta solo venia en la edición en cd -, son autenticas joyas de pop guitarrero, por las que no pasa el tiempo, y a las que siempre se puede recurrir. Por no hablar de esa preciosa balada llamada Moving In Your Sleep con la que cerraban la edición original del elepé.

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