Revista Arte

Oleg Dou: Perfección pavorosa

Por Bill Jimenez @billjimenez

oleg douOleg Dou pertenece a esa generación de creadores rusos que confían en su país como cuna artística pero que han encontrado en la escena europea una nodriza que defiende sus intereses. Si en otra reseña os hablaba del arte soviético orientado al diseño, en esta ocasión, aunque las herramientas digitales estén presentes, pensaba adentrarme en el terreno de la fotografía. Sí, que las imágenes adjuntas a este texto no os engañen: Oleg Dou es un fotógrafo y sus obras sufren una manipulación posterior tan chocante como nada desdeñable.

Sólo de esa forma consigue que sus modelos (críos inocentes en la serie que nos ocupa) parezcan híbridos entre humano, bestia y alguna raza ficticia de más allá de los confines de nuestra galaxia.

Estas mutaciones, que hablan de la esencia inquietante de toda perfección forzada, recordarían a los experimentos del literario Dr. Moreau desde una óptica contemporánea e invadida por una atmósfera aséptica y basada en colores fríos. Justificaría la inexpresividad de sus personajes, una máscara desbaratada por los detalles, como una humedad lacrimal recorriendo párpados o un esbozo de sonrisa que denota un exceso de confianza.

Y esa velada superioridad es la que encontraremos en la Galería Senda hasta finales de julio, un universo de criaturas casi mitológicas engendradas por un artista muy joven que disfruta de su trabajo sin entrar en discursos sublimes. Empezó con 23 y actualmente cuenta con 28 años, no es la primera vez que visita nuestro país, ya sea individualmente o en notables colectivas y no duda en reconocer que tiene aficiones tan poco usuales en un artista (o al menos reconocidas) como los videojuegos. Oleg Dou es un producto de su generación, un retratista clásico y perfeccionista con un imaginario extremo y una mano privilegiada para lo digital.

oleg dou galeria senda

galería senda


Volver a la Portada de Logo Paperblog