¿Que no sabéis ni conocéis lo que es una olla ferroviaria? Entonces tendréis que ir por Cistierna, provincia de León, España. Aquí se conservan no solo las mejores ollas ferroviarias si no que también hacen concursos anuales de preparación y degustación de platos ferroviarios por el día de San Fernando, santo católico, patrón de los ferroviarios.
La idea nació hará más de un siglo con el tren de vía estrecha que se construyó para llevar el carbón de las cuencas mineras leonesas a los altos hornos de Sestao y Bilbao. Las largas horas en la máquina de vapor se aprovechaban para hacer la comida: cocido montañés, fabada asturiana, olla podrida, bacalao al pilpil y un sin fin de platos de la comida tradicional del norte de España. Se utilizaba el vapor a presión y caliente de la caldera de la locomotora extrayéndolo a través de un grifo para hacer la comida; mucho mejor que a fuego lento. Más rica.
Celebramos el IV Encuentro Provincial de Asociaciones del Amigos del Camino de Santiago con una marcha por la Ruta Vadiniense, el tramo de Camino Real que aprovecha la vieja calzada que levantaron las legiones romanas hace más de 2.000 años en sus guerras de conquistas contra Cántabros y Astures. No fue largo el paseo pero entre lo fresco que estuvo el día y la lluvia que cayó a partir del mediodía sentarse a comer unas alubias blancas con carne y chorizo nos sentó a todos de maravilla.
A los postres echaron unas palabras los presidentes de las Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago de Cistierna y León. También pasó a saludarnos el alcalde de la localidad don Nicanor Sen. Y más café y chupitos para regar los lazos de San Guillermo y otras delicias de la confitería típica de Cistierna.
Después nos fuimos hasta la estación de Cistierna; detrás de ella, nada más pasar el paso a nivel se encuentra el museo.
El museo del ferroviario de Cistierna es una de esas pequeñas maravillas que todos deberíais conocer. En él han recogido, con paciencia infinita, materiales y recuerdos del antiguo tren hullero de Matallana a Valmaseda. Docenas de recuerdos que nos llevan a los tiempos de los trenes de vapor que marchaban por estas tierras llevando personas y mercancías del País Vasco a León y viceversa.
http://www.mriano.com/museo-ferroviario-de-cistierna_n19.htm
Si queréis ver más fotos del interior del museo podéis visitar mi otro blog Aldaba amiga:
http://ladmis.blogspot.com.es/2013/02/museo-del-ferroviario-cistierna-leon.html
Y esto es lo que tiene visitar un museo con un ferroviario de cuarta generación, que me llevé a unas compañeras a ver la estación y los talleres por dentro y casi terminamos haciendo la maniobra para meter las unidades a visita; pero como las chicas que iban conmigo no conocen los protocolos lo dejamos para otra ocasión.
Desde Cistierna se pueden hacer muchas excursiones de montaña y senderismo; ya le echamos el ojo al Castillo suevo de Aguilar, el Aquilare de San Martín como le llaman por estas tierras.
Siempre San Martín obispo, donde estuvieron los suevos allí quedó algún templo o torreón o castillo suyo con el nombre de su santo: San Martín de Braga.
En este castillo y territorio transcurre la mayor parte de uno de mis relatos contenidos en Milagro en Benarés: Gundemaro, el último conde suevo.
Milagro en Benarés y otros cuentos prodigiosos
En él descubriréis al auténtico último conde suevo que defendió la Puerta de Galicia y el Aquilare. No se llamaba Gundemaro, por supuesto, que es nombre visigodo y estuvieron con ellos de guerras más de 150 años. Y muchas cosas maravillosas de la historia auténtica de esta extraordinaria tierra que en aquellos siglos se llamaba: Arbolia.
Venir a conocerla, y os asombraréis.
Y dejamos Cistierna, la Puerta de Galicia y de la Montaña Cantábrica, hasta la próxima ocasión. Esperemos que no sea tan lluviosa.
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Daniel Paniagua Díez