Un vídeo con sexo solitario de una joven y atractiva concejal socialista de un pueblo de la Mancha de cuyo nombre me Olvido apareció hace unos días en distintas páginas pornográficas de internet.
Ante el revuelo formado, la concejal denunció el robo de las imágenes de su teléfono y anunció su dimisión.
Profesora de inglés en una escuela infantil, casada, y con dos hijos, sugirió que la grabación era para su marido carpintero.
Animada por Elena Valenciano y la cúpula del PSOE, aunque también por Esperanza Aguirre, retiró esa dimisión a la vez que ofrecía primeros planos en numerosas entrevistas televisivas para defender su intimidad.
De esta manera su vídeo íntimo le permitió aparecer como una nueva y herida Princesa del Pueblo que, con el desparpajo de los profesionales de los medios, se volvió protagonista de programas de debate popular.
En sus declaraciones sugería que las imágenes se habían distribuido desde la alcaldía del ayuntamiento, por lo que el regidor del PP aparecía como sospechoso de una conspiración política.
Pero las investigaciones de la Guardia Civil condujeron a un futbolista de 27 años con el que la concejal “mantiene una íntima amistad” y al que ella, según confesó después, le había enviado el vídeo.
Fuerte, atractivo y activo, el futbolista no parece ser un caballero.
Es un axioma que quien graba vídeos eróticos para galanes rufianes posee menos seso que sexo: inevitablemente aparecerán en páginas porno de internet.
Detrás están sus hijos, uno de 13 años, la reacción de los padres de sus alumnos, para los que quizás no sea una maestra idónea, sus vecinos, que la insultan en desagravio del marido burlado con un peso inesperado en su cabeza, y obviamente Pajín, Leire Pajín.
He aquí una posible estrella pasional sin timidez ante cualquier cámara, de móvil, de fotos –portada de Interviú sería un buen principio--, o de televisión, ideal para Telecinco que, cansado de Belén Esteban, busca otra morbosa Princesa del Pueblo que levante audiencias y ardores.
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SALAS