Una solución al problema de la acumulación de botellas plásticas ha surgido de la mente de tres jóvenes estudiantes de diseño en Londres. Su propuesta consiste en una “botella” que llamaron Ooho.
La botella está hecha a base de algas, lo que la hace comestible, el principio de fabricación es tan básico que la gente podría crearlas en sus casas.
Los estudiantes se inspiraron en la membrana que recubre las yemas de huevo para crear esta botella. Ellos crearon una membrana más resistente con un principio culinario llamado esferificación, una tendencia iniciada en los 90 que basa en una técnica muy vieja. Consiste en encapsular alimentos con texturas de gelatina de manera que tengan una consistencia similar a la hueva de pescado.
Para elaborar la membrana se utiliza una combinación de algas pardas y cloruro cálcico. La forma de la botella no es entonces como la conocemos, sino más bien es como una gota de agua enorme. Para hacerla más resistente, el agua se contiene en diferentes capas envolventes y para su comercialización podrían agregarse etiquetas ente ellas sin que el líquido se contamine.
Lo increíble de Ooho es que es una alternativa de muy bajo costo, tanto que la gente podría utilizar este principio para empaquetar su propia agua.
La esferificación puede hacerse con una gran cantidad de líquidos, de hecho, el famoso chef Ferran Adrià creó un kit para que los aficionados a la cocina mejoren sus platos con estas texturas que dan un toque de sabor único. Quizás en un futuro estos chicos comercialicen algo similar pero que ayude a acabar con la adicción que tenemos a las botellas plásticas.