Jaque diabólico
La intriga, al igual que el terror, multiplica sus efectos si se centra en lo psicológico, y bien que lo ha demostrado Vicente Marco en esta novela, ganadora del Premio Jaén 2013, una obra en la que hace de la manipulación mental un verdadero y diabólico arte. Y es que la manera en la que Diego Leonarte irrumpe en la vida del escritor Mando Benavides y su esposa Aina es digna de la bacteria más dañina e inteligente que pueda concebirse, la que amenaza con destruirnos incluso adelantándose a cualquier paso terapéutico o curativo que seamos capaces de planear, la que se disfraza de bondad asegurando con esa máscara su supervivencia.
El autor valenciano ha urdido una tela de araña, entretejiéndola con el amianto más tupido, puesto que la persistencia del joven Diego, admirador del escritor Benavides, deja paso muy rápidamente a un teatro de marionetas dirigido por una mente superior, una maquiavélica partida de ajedrez, cuyo mate es el deseo furibundo de manejar la existencia del matrimonio, condicionando y alterando incluso las decisiones más privadas de una pareja que, con sus más y sus menos, había vivido siempre sin él.
Precisamente el punto de partida de la admiración desmedida, al igual que el ego del escritor, conforman el pasaporte con el que Diego se cuela entre la pareja, ganándose el cariño de Aina con su delicadeza, la misma que Mando no es capaz de ver por ningún lado, atosigado como está por el vértigo de acontecimientos que no puede controlar, y que cada vez más le acercan a la expulsión de la que hasta entonces había sido su vida.
Y lo mejor de todo, o una de las mayores virtudes de la novela, radica en la prosa de Vicente Marco, en la que no hay lugar para la digresión, para el meandro narrativo, sino todo lo contrario, el monólogo que maneja Mando Benavides es escueto, y tan terrible como la experiencia que le ha tocado vivir. Hace falta tener la mente muy despejada y una calidad literaria sobresaliente para mantener ese lenguaje lleno de trallazos, directo como pocos, porque sólo así el lector adquiere y comparte la verdadera dimensión de lo que está ocurriendo, del ansia maternal que padece Aina, la determinación ciega de Diego Leonarte y los infructuosos intentos de Mando Benavides para recuperar su vida de siempre.
Quien abra esta novela debe estar preparado para no interrumpir su lectura hasta el final, y asumir que en ese final puede encontrarse con cualquier sorpresa, tal es la potencia psicológica de esta impresionante obra.
Opera magna. Vicente Marco.Almuzara. Córdoba 2013. 272 páginas. 15 euros.(LA VERDAD, "ABABOL", 25/1/2014)