Con la conferencia titulada Operación Atalanta y retos a la seguridad del tráfico marítimo en el Océano Índico Occidental, el Clúster Marítimo Español (CME) estrena un nuevo ciclo de jornadas online denominado Encuentro con la Administración. La institución invitada para abrir el ciclo fue la EU Naval Force – Somalia, que ha detallado la actividad de la Operación Atalanta y el éxito obtenido para garantizar la seguridad en el “centro de gravedad marítimo mundial”, tal y como ha afirmado el comandante de la Operación, Antonio Planells Palau, general de división de la Infantería de la Marina española. El comandante ha destacado la importancia de la Operación Atalanta para la Unión Europea y para España, entre otros motivos, porque esta región geográfica está considerada, hoy en día, como “un auténtico centro de gravedad marítimo mundial, con intereses estratégicos para nuestra flota pesquera, que opera en el Océano Índico Occidental”. También coincide en la importancia de esta misión el presidente de honor del CME, Federico Esteve, que ha introducido la temática de la jornada durante su intervención inicial. En este sentido, Esteve ha explicado la necesidad de poner en marcha la Operación Atalanta por culpa de las actividades de piratería que sufría el tráfico marítimo en el cuerno de África, una de las zonas de tránsito más importantes para el comercio marítimo mundial, entre otras cosas. De esta manera, la UE movilizó a la Fuerza Naval de la Unión Europea (EUNAVFOR), en la que España ha participado ininterrumpidamente con la aportación diferentes medios navales y aéreos, para proteger a los buques del Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés); disuadir, prevenir y reprimir la piratería y el robo a mano armada en el mar; contribuir a la monitorización de las actividades pesqueras frente a las costas somalíes; y apoyar a otras misiones de la UE y organizaciones internacionales que trabajan en Somalia para fortalecer la seguridad y capacidad marítima en la región. “Desde entonces y hasta ahora su presencia ha sido vital para prevenir ataques”, afirma Federico, al puntualizar que la labor realizada por esta Operación ha tenido un notable éxito en la zona, si bien advierte que “la situación en Somalia no ha mejorado, la piratería está contenida, gracias al permanente esfuerzo de las fuerzas navales desplegadas, pero no erradicada”. Asimismo, ha advertido que las redes de piratería están ahí, dedicándose a otros negocios y tráficos ilícitos, “lo que refuerza la hipótesis de que en ausencia de las fuerzas navales, con la relajación de las medidas de autoprotección, el tráfico marítimo y las consecuencias del Covid-19 sobre un estado fallido como Somalia, podría darse un rápido resurgimiento de la piratería, con la consiguiente repercusión negativa en el comercio internacional”. Esta es una perspectiva con la que coincide el comandante Planells, que también ha destacado la historia de éxito en estos años, pasando, “de un pico de actividad pirata en 2011, de 216 ataques en nuestra zona de operaciones, a un único caso en abril del pasado año”. En este ataque, se vieron implicados un atunero español, de Bermeo, y otro coreano con tripulación española, además de un pesquero yemení secuestrado anteriormente y usado como buque nodriza por los piratas. La acción determinante de la fragata española Navarra, y su equipo de operaciones especiales embarcado, frustró el ataque y terminó con la liberación de la tripulación del buque nodriza y el arresto de cinco sospechosos, que están siendo en estos días juzgados en Seychelles. Planells ha recordado que nos encontramos en un escenario “exigente”, que ha empeorado, entre otras cosas, por la aparición de nuevos tipos de negocios y actividades criminales, como el tráfico de drogas y armas, pesca ilegal o contrabando de carbón y personas, entre otros. Sin embargo, eso no ha impedido alcanzar éxitos en tareas paralelas, como la protección de los buques del programa de alimento, galardonado este año con el premio Nobel de la Paz “por su extraordinario trabajo llevado a cabo llevando alimentos a los países más necesitados, con más de 76 mil toneladas distribuidas”. Desde su lanzamiento, las unidades navales de la Operación Atalanta y los aviones de patrulla marítima han asegurado que el 100% de los buques del Programa que navegan bajo la protección de la EUNAVFOR estén a salvo de los ataques piratas. Pero estos no han sido los únicos aspectos de los que enorgullecerse por la labor realizada en el cuerno de África. Durante la jornada, tanto el presidente de honor del CME como el comandante de la Operación, pusieron de relieve la confianza depositada en España por la comunidad internacional al trasladar el mando de la Operación Atalanta a España el pasado 29 de marzo de 2019. Anteriormente el mando lo ostentaba el Reino Unido, pero con el Brexit, la UE se vio obligada a buscar nueva ubicación, designando Rota como sede para el Cuartel General de la UE. En total, este cuartel estratégico cuenta con una dotación de aproximadamente cien militares de 18 nacionalidades, de los que un 40% son españoles. De este centenar, 77 se encuentran permanentemente en las instalaciones de la base. Rebrote de la piratería
En la jornada también ha intervenido el capitán de corbeta Diego Cánovas-Cánovas, coordinador jefe del Centro de Operaciones Marítimas de la Operación Atalanta, a cargo de las relaciones de interagencias, que ha puesto de manifiesto la posibilidad de un recrudecimiento de la piratería en la zona por la crisis provocada por la pandemia. El impacto de la Covid-19 en la economía de todos los países, y en especial de algunos tan vulnerables como Somalia, puede impulsar un rebrote de la piratería en el cuerno de África al ser un “escenario de los más peligrosos”. Tal y como ha señalado Cánovas-Cánovas, “el impacto de la pandemia en la economía somalí supone una caída brutal del PIB”, un hecho que ha vinculado a la posibilidad de que las cabezas de las redes criminales puedan pensar en volver de nuevo a la piratería. En este sentido, ha comentado incidentes relevantes durante este año, con buques como el Gladioulus (marzo), relacionado con el conflicto en Yemen; Stolt Apal (mayo), evaluado como actividad sospechosa de terrorismo; en este caso, los piratas se acercaron al petrolero en dos lanchas rápidas a unas 75 millas náuticas de Yemen. Después de que el equipo de la guardia armada disparase múltiples tiros de advertencia a bordo del Stolt Apal, los piratas abrieron fuego contra el barco. El equipo de la guardia armada devolvió el fuego, deshabilitó un bote y finalizó la persecución. También ha destacado al caso del Aegean II (agosto) informado en medios como piratería; o el de SYRA (octubre), evaluado como ataque relacionado con el conflicto de Yemen. El capitán de corbeta también ha destacado las dificultades que se encuentra la misión para ejercer su misión y ha hecho una radiografía de las zonas con presencia militar en la región. En este sentido, ha destacado el trabajo de la Misión Europea de Vigilancia Marítima en el Estrecho de Ormuz (EMASOH) o de la Construcción de la Seguridad Marítima Internacional (IMSC, por sus siglas en inglés), un programa para garantizar la seguridad del estrecho de Ormuz y las áreas aledañas, entre las que se incluye el Mar Rojo. En relación a las medidas contempladas contra la piratería, Cánovas-Canovas ha hecho mención a la aplicación de las directrices BMP5, como clave esencial para la protección de las tripulaciones y los buques, con tres capas de defensa, ante ataques en las zonas de riesgo. En este sentido, también ha intervenido en la jornada Simon Church, asesor especial de relaciones industriales de la EU Naval Force – Somalia, que ha subrayado la necesidad de continuar haciendo frente a las amenazas, implementando proporcionales niveles de protección, sin relajar las medidas de seguridad: “La piratería se mantiene contenida pero no erradicada porque los piratas se han dedicado a negocios menos rentables, lo que nos debe mantener vigilantes sin bajar la guardia”.
Fuente Comunicae