
Tenemos que recordar que este coleóptero fue encontrado por el G.E.V. y Antonio Pérez (nieto) ha ayudado muchísimo a colectar este material, por eso cuando se describió le propuso a Carles Hernando (especialista, taxónomo y bioespeleólogo que describió la especie) ponerle "antojandro", una mezcla de los nombres Antonio y Alejandro Pérez.



La salida, tras una pequeña charla de cómo se capturó este insecto, así como de su tamaño, cómo vive la fauna cavernícola... ha dado lugar a una visita también de reconocimiento del estado ambiental, ecológico y faunístico de la cavidad por parte de Toni y Antonio, donde han podido observar que debido a la poca humedad, existe una baja riqueza de biodiversidad en su interior.

Pero, ¡sorpresa! De nuevo Antonio Pérez, localizaba dos ejemplares de T. antojandro, así que la misión del equipo se ha visto cumplida y las espectativas de la salida satisfactorias... la vuelta entre juegos, chuches, risas y cansancio ha marcado el fin de un día inolvidable para los pequeños.

Seguiremos apostando por nuestra Escuela de Espeleología, enseñándoles la espeleología en todas sus facetas... y próximamente terminaremos este taller con los más pequeños para localizar, conocer y conservar la biología subterránea.
